Instalada en Milán, Italia, para encontrar una estabilidad profesional y personal, Lucía Rivera ha concedido su entrevista más sincera de los últimos años. La hija de Cayetano Rivera y Blanca Romero decidía, hace menos de un mes, alejarse del foco mediático para buscar el anonimato en la capital de la moda de este país -una profesión a la que se dedica como modelo-. La vida de esta joven no ha sido tan fácil como muchos piensan. Precisamente fue en sus memorias, escritas con tan solo 25 años, en donde desveló algunos de los episodios más duros que ha pasado y cómo han afectado en ella, derivando años después incluso en un TCA. Ahora, la joven ha "huido" de España para emprender un nuevo rumbo. ¡Te lo contamos!
La revista 'ELLE' ha sido la encargada de recoger las últimas declaraciones de Lucía que, hace menos de treinta días, volaba hasta Italia para empezar de cero y "alejarse del estigma de enchufada que la persigue". Muy "orgullosa" de haber sido independiente desde los 14 años -edad en la que empezó a ejercer sus primeros pinitos en el mundo de las pasarelas-, la joven ha querido destacar en este medio que, desde entonces, "se ha buscado la vida sin pedir nada a sus padres".
Precisamente, han sido ellos los que no la han soltado de la mano durante estos años. La joven es hija adoptiva del torero pues, cuando su madre se casó con él -aunque posteriormente se divorciaran-, recibió sus apellidos. En dicha entrevista mencionada, la joven se ha sincerado una vez más sobre sus padres, que causan una gran sensación en su entorno más cercano, según ha apuntado: "Soy consciente de que mis padres son guapos, pero no lo expreses en un término sexualizado, ¡son mis padres!. Me dicen: "Quiero casarme con tu padre", o "qué buena está tu madre...". Pero ojalá sólo fuera eso".
Aprovechando la ocasión, una vez más la expareja de Marc Márquez ha reiterado que su infancia -cerca de los focos- no ha sido fácil. Sin embargo, a pesar de la separación de sus padres y vivir en otro país, la joven ha querido reivindicar la figura del torero, -de quien ha heredado "la calma"- que llegó a sus vidas para mejorarla y estabilizarla, tal y como ha comentado en 'ELLE': "En el colegio era la hija de y todos conocían mi vida. Pero, gracias a Cayetano, no tuve la sensación de abandono paterno".