Marta Ferrusola ha fallecido este lunes a los 89 años de edad. La salud de la mujer de Jordi Pujol, el que fuera presidente de la Generalitat entre 1980 y 2023, se había deteriorado en los últimos años a consecuencia del alzhéimer que sufría desde 2018 y que hizo que la causa contra ella (el juez la procesó por considerarla uno de los cerebros financieros de la familia) quedara archivada por demencia severa. Su familia llora la muerte de una matriarca que representó el poder en la sombra durante toda la carrera política de su marido, que jugó un papel relevante la gestión del patrimonio del clan y que se erigió como la figura clave en el hogar de los Pujol, donde todas las decisiones importantes de la familia pasaban por ella. Ahora, su entorno más cercano se despide de ella. ¿Quién formaba parte del núcleo íntimo de Marta Ferrusola?
Nacida en 1935 el seno de una familia trabajadora de Barcelona, Marta Ferrusola acabó convirtiéndose en la 'Primera dama' catalana en 1980 cuando su marido se convirtió en presidente de la Generalitat. Por aquel entonces la pareja llevaba 16 años de relación. Se conocieron en 1954 a través de la hermana de su marido, María Pujol, que era compañera suya en la Confraria Virtèlia, una agrupación religiosa en la que se reunían jóvenes católicos, nacionalistas y aficionados al montañismo. A partir de ese momento la pareja se hizo inseparable y dos años después, en 1956, se dieron el 'sí, quiero' en el monasterio de Montserrat. De esta unión nacieron siete hijos: Jordi (1958), Marta (1959), Josep (1963), Pere (1965), Oriol (1966), Mireia (1969) y Oleguer (1972).
El matrimonio Pujol era toda una institución en Cataluña, una especie de familia real en la que Marta Ferrusola siempre se mantuvo muy cerca de su marido. De hecho, algunos colaboradores cercanos a Pujol aseguran que tenía cierta tendencia de Ferrusola a querer influir en cuestiones de poder político. Pero más allá de este intento por controlar hasta cierto punto las decisiones políticas, mientras su marido se convertía en uno de los políticos más influyentes del país, ella se convertía en empresaria. Concretamente se dedicó al mundo de la jardinería creando la empresa Hidroplant, que logró licitaciones públicas y que incluso llegó a poner el césped del Camp Nou.
Sin embargo, tras la retirada de Jordi Pujol empezaron a surgir algunas sospechas sobre su patrimonio. La sombra de la corrupción ha perseguido al clan Pujol-Ferrusola en los últimos años. Unas sospechas que llevaron a una ardua investigación que desembocó en la apertura de una macrocausa por corrupción que todavía está pendiente de juicio. Una causa en la que Marta Ferrusola siempre se mantuvo leal a su marido y sus hijos, a los que defendió en su comparecencia ante el Parlament, donde negó todas las acusaciones de enriquecimiento ilícito.
Marta Ferrusola y Jordi Pujol son padres de familia numerosa. De su unión han nacido siete hijos que han acaparado la atención pública por la trama de corrupción en el seno de familia y de la que ellos supuestamente también ha sido partícipes.
De sus siete hijos, Jordi Pujol Ferrusola (1958) es el más conocido a nivel mediático, además de por su implicación en el caso Pujol por las denuncias públicas de su expareja, María Victoria Álvarez. Según ha revelado, el primogénito de los Pujol hacía viajes a Andorra en coches de alta gama con bolsa llenas de dinero. En febrero de 2014 fue imputado, junto a su novia Mercé Gironès, por un delito de blanqueo de capitales y contra la hacienda pública.
El 25 de abril de 2017 el juez José de la Mata decretó prisión incondicional para Jordi Pujol Ferrusola, que ingresó en la cárcel de Soto del Real. Ocho meses después, en diciembre de 2017, tras depositar una fianza de 500.000 euros que le impuso el juez de la Audiencia Nacional salía de cárcel.
Marta (1959) es la segunda hija del matrimonio. Es arquitecta y aseguró sentirse perjudicada por se hija del expresident. La investigación en torno al clan considera que participó en la ocultación de capitales en el extranjero. Además se investiga si su contratación como arquitecta municipal en el ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt en 1996, donde cobraba más de 2.000 euros al mes por dos días de trabajo semanales, fue a dedo.
Josep (1963), que fue directivo de la multinacional Indra, emigró a Miami en 2014 junto a su familia después que saliera a la luz el escándalo confesado por su padre. Sin embargo, su marcha no ha impedido su imputación. En 2015 fue acusado de blanqueo de capitales.
Pere (1965) es ingeniero agrónomo realizó varios trabajos para la Administración catalana cuando estaba liderada por su padre. Unos trabajos por los que ha estado en el punto de mira pero que él justificó éticamente amparándose en las características de su profesión. Al igual que sus hermano ha sido imputado por blanqueo de capitales en la causa contra su hermano Jordi. Además, la UDEF le incautó 96.000 euros en efectivo.
Oriol (1966) es considerado el cerebro político de la familia. Fue jefe del gabinete técnico del departamento de Presidencia de la Generalitat entre 1993 y 1996, cuando su padre era aún presidente y ocupó la secretaría general del partido antes de ser imputado por tráfico de influencias, cohecho y falsedad documental en la trama corrupta de las ITV. Según la justicia, Oriol era un colaborador necesario en el amaño de las concesiones.
El 14 de julio de 2014 anunció que renunciaba a su escaño en el Parlamento de Cataluña. Aunque en un primer momento se declaró inocente, en julio de 2018 llegó a un acuerdo con la Fiscalía y aceptó entrar en prisión y el pago de una multa de 76.000 euros. El 17 de enero de 2019 ingresó en la cárcel de Brians II y tras 65 días, el 22 de marzo, se ratificó su paso al tercer grado penitenciario.
Mireia (1969) es la hija que más al margen se ha mantenido de los escándalos familiares y quien tiene el perfil más bajo de entre todos sus hermanos. Mireia siempre ha intentado distanciarse de la trama, pero, aunque se negó a declarar ante la comisión de investigación del Parlament ha sido imputada por blanqueo y delito fiscal. Ella siempre ha mantenido su inocencia y ha asegurado que la revalorización de sus fondos ocultos en Andorra se ha producido gracias a inversiones muy productivas.
Oleguer (1972), el hijo menor de la pareja, también se ha visto salpicado por los escándalos de la familia pese a que durante más de dos décadas pasó desapercibido y aunque no ha hecho alarde de la gran fortuna que ha hecho gracias a sus negocios en Estados Unidos, Reino Unido y Madrid mediante Drago Capital.
Casado con la interiorista Sonia Soms Ferrer y padre de dos hijos, en su caso, el fiscal pide su ingreso en prisión por sus negocios inmobiliarios y se le ha imputado por el presunto cobro de comisiones millonarias en la compra-venta de sucursales del Banco Santander en 2007. El 23 de octubre de 2014, la policía registró su domicilio y él fue detenido. Ese mismo, Oleguer, quien según algunos medios era quien manejaba la fortuna de los Pujol, era puesto en libertad con cargos.
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