Pocos atletas españoles han conseguido el palmarés deportivo de Ana Peleteiro. La triplista gallega es una de las figuras de referencia del atletismo y el deporte patrios desde hace años, siendo medallista en Juegos Olímpicos, campeonatos mundiales, europeos y nacionales. Una trayectoria que ha provocado que pase, además, a ser una figura conocida, y que el interés en ella se multiplique, más allá del ámbito deportivo. En las últimas horas ha habido novedades con respecto a la trayectoria profesional de la coruñesa, que ha dado un importante giro al abandonar al que había sido su entrenador hasta ahora, anunciando haber tomado importantes decisiones por su familia.
Ana ha realizado una intensa temporada este último curso deportivo, logrando un bronce mundial en Glasgow (su primera medalla tras la maternidad), un oro en el campeonato europeo de Roma y una sexta plaza en la final olímpica de triple salto en París este último mes. Y de cara a esta nueva temporada, Peleteiro ha reflexionado y tomado importantes decisiones de cara a su futuro como deportista. La primera, anunciada hace unos días, fue la de dejar de contar con el que había sido su entrenador hasta ahora, Iván Pedroso, exsaltador cubano que adiestra también a otros nombres de la longitud patria como Jordan Díaz o Fátima Diame.
Junto a él, con quien ha estado trabajando durante años, ha conseguido Ana sus mayores logros profesionales. Pero ha llegado la hora de dar un cambio de rumbo. La gallega comentó que la decisión había tenido que ver con motivos personales, que aseguró explicaría en el futuro, mencionando, eso sí, la "falta de motivación" y el "exceso de rutina". Y finalmente ha llegado el momento de profundizar en las razones de esta decisión y anunciar más novedades: a partir de ahora, la saltadora será entrenada por su marido, el también triplista Benjamin Compaoré, en su Galicia natal.
La propia Peleteiro ha sido quien ha dado todas las explicaciones al respecto en una rueda de prensa concedida esta mañana en la sede de la Real Federación Española de Atletismo. Un papel fundamental en toda esta historia ha tenido su hija, Lúa, nacida en diciembre de 2022, fruto de su relación sentimental con el francés, con quien empezó en 2021 (tras haberse conocido unos años antes) y se casó el pasado septiembre. Tras más de una década alejada de su tierra natal, su corazón le "pedía volver a mi refugio, mi casa, Galicia", en sus propias palabras.
La pequeña ha sido el principal motivo para dar este importante giro a su vida profesional. Ana "soñaba" con ver a su hija en "un ambiente parecido" al que ella vivió cuando era pequeña, y admite que con su situación deportiva actual (entrenando lejos de tierras gallegas bajo la batuta de Pedroso) no lo estaba teniendo. "Ese día a día me iba entristeciendo y cada día me pesaba un poco más", ha revelado, confirmando que la relación de amistad con su exadiestrador sigue totalmente intacta y esgrimiendo, con respecto a la maternidad, que se trata de una tarea "compleja y dura" en la que es "complicado" conciliar estando lejos.
Con respecto al nuevo rol que su marido y padre de su hija jugará ahora en su vida, Peleteiro ha explicado que fue idea suya proponerle asumir el reto de entrenarla, habida cuenta de que ambos tienen una visión muy similar del triple salto. Compaoré (el apellido que la vigente campeona de Europa adquirió en Francia tras su boda) nunca le comentó nada al respecto, como ella misma ha explicado. "Yo nunca lo he tenido en la cabeza, porque quería evitar mezclar lo personal con lo profesional, porque hay veces que no sale bien", comentaba en la mencionada rueda de prensa.