Los focos esta tarde han estado sobre uno de los miembros más desconocidos del clan Osborne: Kike, el hijo mayor de Bertín Osborne y Fabiola Martínez, que ya da nombre a la fundación familiar, que hasta ahora debía su denominación al artista sevillano. El traspaso de poderes ha tenido lugar durante los Premios Dona2 2024, una gala solidaria que ha reconocido a personalidades e instituciones por su labor, y que ha reunido a muchas caras conocidas. Entre ellas, las de los distintos miembros de la familia. Uno de ellos, Carlos Osborne, el hijo pequeño de la expareja, que ha tomado una decisión importante sobre su presencia en el mismo.
En los distintos vídeos e imágenes que los medios han captado o que se han difundido en redes sociales aparecen el artista, la modelo, el gran protagonista del día, su hermana mayor Alejandra Osborne o dos de sus tías, las hermanas de Bertín. En los posados en el photocall que se ha organizado antes de la gala hay, no obstante, una ausencia destacada: la del hijo pequeño del exmatrimonio, que cumplió dieciséis años hace unos días.
Carlos ha aparecido en alguna instantánea, pero lejos del foco que sí ha recibido su hermano y demás miembros del clan: se le he visto, por ejemplo, en una fotografía grupal junto a otros voluntarios de la organización presentes en el evento, todos ellos con su correspondiente camiseta naranja de la fundación. Su progenitora ha ofrecido algo de luz a este respecto: en declaraciones a Europa Press, ha explicado la decisión que tomó su hijo unos días antes.
Comentando que el joven está "muy concienciado" con el proyecto, ha revelado que mientras se organizaba la gala hace unos días, le preguntaron si su hijo pequeño acudiría a la misma como invitado o como voluntario, una labor que suele cultivar a menudo. Fabiola se lo preguntó directamente y la respuesta de su hijo fue clara: "Mamá, ¿cómo voy a ir de invitado, si soy parte de la Fundación?' Lo tenía clarísimo", ha concluido su madre.
Pese a la excepcional proyección mediática de sus dos progenitores, sus dos hijos en común han permanecido, al menos por ahora, totalmente alejados de la primera línea mediática. No son unos completos desconocidos: Kike ha aparecido con sus padres en algún reportaje, y es habitual que tanto Osborne como Martínez se refieran a ellos públicamente en entrevistas o declaraciones, así como que les muestren de forma puntual en sus redes sociales. Pero el rol de los dos adolescentes, de diecisiete y dieciséis años, ha sido el de mantenerse en un discreto segundo plano.
No obstante, tanto las imágenes como las palabras del artista y la modelo nos han permitido conocerlos un poco mejor y ver cómo han ido creciendo. Kike ha vivido intensos cambios vitales en los últimos meses, yendo a la escuela por primera vez y adquiriendo nuevas habilidades, con la perspectiva de que el próximo enero cumplirá dieciocho años. En palabras de Fabiola, está en una etapa más “rebelde y reivindicativa”, ganando en autonomía. Según su padre, Kike es “protagonista” y le gusta todo lo que le gusta a su progenitor: “el campo, los caballos, el fútbol, las motos”. Es del Madrid y “cada vez que entra una mujer guapa a la habitación, ya no mira a nadie más”.
Por su parte, Carlos, casi dos años menor que su hermano, tiene una personalidad distinta. Como ha narrado la venezolana, es un joven muy maduro y empático, lo que hizo que ella misma necesitase ayuda profesional para saber cómo tratar con él. Carlitos, como se han referido cariñosamente a él en alguna ocasión, es un joven con “una sensibilidad muy especial”, que ha estado siempre totalmente volcado en su hermano, pero que actualmente, debido a la adolescencia, está en un ritmo distinto, como revelaba sus padres recientemente a ¡Hola! Le gustan los concursos de música y monta a caballo. Según el cantante, es un joven “muy medido”, “superlisto”, con cultura, y que se lo “cuestiona todo” a su padre.
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