El 31 de enero está marcado en rojo en el calendario de la familia que formaron Bertín Osborne y Fabiola Martínez. El próximo, de una forma especial: será cuando Kike Osborne, el mayor de los dos hijos que tuvo la expareja durante sus dos décadas de relación sentimental, cumpla los dieciocho años. Una fecha importante, para la que llevan preparando a su primogénito desde hace tiempo, que llegará unas semanas después de su gran paso adelante en la fundación familiar (que recibe ahora su nombre), y que plantea nuevas dudas e incógnitas sobre su futuro debido a la parálisis cerebral que sufre el adolescente desde que nació, debida a la listeriosis contraída por su madre en la gestación. Así han recordado recientemente sus padres cómo recibieron el diagnóstico de Kike cuando nació.
El mayor de los dos hijos de Bertín y Fabiola, que tuvieron también al pequeño, Carlos, casi dos años después, vive meses intensos recientemente, sumido en varios cambios de importancia. El joven de diecisiete años ha acudido a la escuela por primera vez, ha pasado a tener un mayor papel en la Fundación Kike Osborne, y ha protagonizado su primer acto en solitario. También, hace unas semanas, compartía la portada de la revista ¡Hola! junto a sus progenitores.
En la entrevista concedida al citado medio, el artista y la modelo hablaban en profundidad de la situación de su primogénito. Entre otras cuestiones, se sinceraban sobre las función de la mencionada organización y la labor que han hecho durante casi dos décadas en lo que se refiere a visibilidad y apoyo a las familias con personas que sufren algún tipo de discapacidad. Y han hablado, también, del origen de todo: de cómo recibieron el diagnóstico de Kike cuando se supo que padecía la mencionada parálisis.
"A nosotros nos dijeron: "No hay nada que hacer. Ocupaos de otros hijos que tengáis y olvidaos. No hay nada que hacer". Pero eso nosotros ni nos lo planteamos", contaba Bertín a la revista el pasado mes de noviembre. El sevillano reconocía entonces que, pese a ello, "jamás" pensaron en tirar la toalla. Este tipo de respuestas, según Osborne, eran habituales, y las podía recibir gente "sin recursos o desamparada" que no sabría "ni por dónde empezar", por lo que decidieron montar la fundación. "Hacer eso es un horror para las familias. Y, sobre todo, para los niños, porque nadie se va a ocupar de ellos. Ese fue el motivo fundamental.", esgrimía entonces.
En la conversación con la citada revista, Fabiola se sinceraba también en relación a cómo afrontó ella, personalmente, el diagnóstico, algo de lo que ha hablado en otras ocasiones, admitiendo haberse sentido culpable de no haber dado a su por entonces marido un hijo sano. La madre de Kike y Carlos reconocía que sintió también "rabia" al nacer su hijo mayor ya que tenía que lidiar con la aceptación. "A la pérdida de las expectativas del hijo que yo pensaba que iba a tener…", reconocía hace unas semanas. "Solo al principio decía eso de "¿pero por qué?". Después, siempre, doy las gracias a Dios de que me lo haya dejado todos estos años… Sin él, yo no sería la Fabiola que soy", aseguraba.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.