Carmen y Sabina, las hijas mellizas de la baronesa Thyssen, alcanzaron la mayoría de edad el pasado 6 de julio. Nacidas en 2006 por gestación subrogada en Los Ángeles, ambas han crecido alejadas de los focos mediáticos en Andorra, donde han residido hasta ahora, momento en el que han iniciado nuevos caminos.

En el caso de Carmen, ha decidido mudarse a una residencia para comenzar sus estudios universitarios, mientras que Sabina seguirá viviendo con su madre. Las hermanas, que dominan cuatro idiomas, tienen intereses y personalidades diferentes que las complementan.

El futuro también las separa en sus objetivos profesionales. Mientras que la primera se prepara para asumir la gestión de los museos de su madre, la segunda se dedica a cultivar sus pasiones personales, como el dibujo y la música. Aun así, las dos han decidido conceder su primera entrevista conjunta en exclusiva para la revista ¡Hola!, donde comparten detalles íntimos de sus vidas y su relación como hermanas.

Las hermanas tienen personalidades distintas pero aseguran que eso no las separa sino que fortalece su relación. “Sabina y yo compartimos una relación muy especial. Además de ser hermanas, somos grandes compañeras”, declara Carmen. La otra coincide y añade: “Somos muy cercanas, a pesar de nuestras diferencias. Carmen es más estructurada, mientras que yo soy más libre y artística, pero creo que eso nos complementa”.

En cuanto a gustos y aficiones, la que seguirá los pasos de su madre en los profesional se inclina por los deportes como el tenis, el buceo y el esquí; describe su playlist como una mezcla de estilos con artistas como Taylor Swift, Gracie Abrams y Morat y le encanta estar en casa "charlando o viendo películas". Sin embargo, la más discreta de ellas prefiere actividades más creativas como el dibujo y el canto, así como la lectura.

Con esta primera entrevista, las hijas de la baronesa Thyssen se han presentado como dos jóvenes con metas claras, diferentes intereses y una fuerte conexión entre ellas, dejando claro que, aunque tomen caminos distintos, siempre estarán unidas.

En la entrevista, Sabina explica por qué, a diferencia de su hermana, prefiere una vida alejada de los focos. “No es cuestión de timidez, simplemente, prefiero preservar más mi intimidad, concentrarme en mis proyectos personales y mantenerme al margen”, afirma.

Aunque disfruta acompañando a su madre en visitas a los museos, se siente más cómoda observando desde la distancia y admirando cómo el arte conecta a las personas. Además de destacar entre sus mayores aficiones el dibujo, la música, el tenis y el aprendizaje de idiomas, ha revelado que cocinar es otra de sus pasiones: “Me encanta probar recetas nuevas, pero mi plato estrella son las tortitas con beicon, perfectas para un desayuno especial”.

Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.