Michelle Obama, conocida mundialmente por su rol como primera dama y por ser una de las voces más influyentes en temas de derechos humanos, ha revelado en una reciente entrevista detalles inéditos sobre su vida familiar. Durante su aparición en ‘The Jennifer Hudson Show’, Michelle habló como nunca antes de sus dos hijas, Sasha y Malia, y del papel que han jugado en su vida junto a su esposo, el expresidente Barack Obama. Desde su infancia en la Casa Blanca hasta sus proyectos actuales, las hermanas han crecido bajo el escrutinio público, pero siempre protegidas por el amor de sus padres. Aunque los Obama suelen ser discretos en cuanto a su vida privada, Michelle aprovechó la entrevista para compartir algunos aspectos desconocidos y mostrar, una vez más, el orgullo que siente por el camino que han trazado Sasha y Malia, quienes actualmente residen en Los Ángeles. Michelle, que crió a sus hijas junto a Barack en una de las etapas más intensas de su vida pública, no dudó en elogiar sus logros y reflexionar sobre las preocupaciones que todo padre tiene, sin importar la edad de sus hijos. 

Durante la entrevista, Michelle no escatimó en palabras para describir lo orgullosa que se siente de sus hijas. “Son increíbles”, afirmó con una sonrisa, antes de detallar que ambas están en etapas muy diferentes de sus vidas, pero igualmente emocionantes. Sasha, la menor de las hermanas, está ampliando sus estudios en un programa de posgrado en la Universidad del Sur de California (USC). "Sasha está en la escuela", explicó Michelle, confirmando las especulaciones sobre el motivo de su reciente presencia en el campus. La joven, que se graduó en Sociología en 2023, está explorando nuevas áreas de conocimiento, aunque su madre no especificó en qué consiste exactamente su programa académico.

Por su parte, Malia, de 26 años, está forjando su camino en la industria del cine. "Malia tiene una carrera en ciernes en el mundo del cine", compartió Michelle, mostrando admiración por la dedicación y pasión de su hija mayor. Aunque no ofreció detalles sobre los proyectos específicos de Malia, es evidente que la joven está comprometida con su desarrollo profesional en un sector competitivo.

A pesar de la distancia física entre ellos, ya que, Michelle y Barack residen en Washington D.C., mientras que Sasha y Malia viven en Los Ángeles, la familia Obama sigue manteniéndose unida. Michelle confesó que adora pasar tiempo con sus hijas siempre que puede. “Son inteligentes, divertidas, sabias a su manera, y me encanta estar con ellas”, expresó con orgullo.

Además de hablar sobre los logros de sus hijas, Michelle reflexionó sobre los desafíos de ser padres de adultos. “La preocupación no desaparece”, admitió, haciendo referencia a los miedos que ella y Barack aún sienten por sus hijas, incluso ahora que son independientes. “Seguimos teniendo miedo por ellas”, confesó. Entre risas, Michelle recordó cómo Barack no puede evitar enviarles mensajes con consejos y advertencias sobre seguridad. "Cuando se mudaron a California, les envió un artículo sobre la preparación para terremotos y hasta les ofreció una sesión informativa con el Servicio Secreto, aunque ellas declinaron la propuesta", reveló.

La exprimera dama también destacó lo difícil, pero gratificante, que ha sido ver a sus hijas crecer y convertirse en mujeres independientes. “Cuidar a tus hijos y verlos crecer es una de las tareas más gratificantes del mundo y, al mismo tiempo, puede volverte loco”, comentó, mostrando una faceta muy humana y cercana.

La entrevista también dejó entrever que, aunque Sasha y Malia han elegido caminos alejados de la política, los valores que sus padres les inculcaron siguen siendo fundamentales en sus vidas. Michelle, quien siempre ha defendido la importancia de la educación y el compromiso social, no podría estar más feliz de ver cómo sus hijas construyen su propio legado.

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