Fabiola Martínez vive un momento importante en lo personal y en lo profesional con la publicación de su primer libro. 'Cuando el silencio no es una opción', a la venta desde el pasado 5 de febrero, en el que hace un recorrido sincero e íntimo por su vida, narrando, en especial, los abusos sexuales que sufrió desde que tenía cinco años en su entorno familiar. Una cuestión sobre la que no se había pronunciado en todos estos años que lleva el foco mediático puesto sobre ella, y que ha abordado ahora en profundidad. En ese ejercicio de catarsis ha tenido palabras, también, sobre la situación de su hijo mayor, Kike Osborne, y el miedo que tiene respecto a él por lo que ella misma ha vivido.

La comunicadora lleva días inmersa en la promoción de la mencionada obra, publicada por Espasa (Planeta de Libros) y en la que, pese a detenerse en cada uno de sus distintos episodios vitales, el protagonismo lo centra su confesión sobre los abusos sexuales infantiles. En sus propias palabras, su inocencia fue "destruida" a los cinco años por los comportamientos y actitudes perpetradas por un tío suyo contra ella. Abusos que, según su testimonio, acabaron por definir, también, su edad adulta y su forma de relacionarse sentimentalmente y de gestionar los problemas.

Las muchas confidencias de Fabiola incluyen, además, un poderoso mensaje sobre la necesidad de dar visibilidad y alzar la voz ante este tipo de situaciones, como una forma de intentar poner fin a una realidad "aplastante", en sus propias palabras. En la rueda de prensa con la que presentó el libro, hace unas semanas, en el madrileño Círculo de Bellas Artes, la modelo ponía sobre la mesa datos demoledores. Y hablaba, además, de otra cuestión complicada que no suele recibir el foco: los abusos en familias con personas con discapacidad, hablando de sus temores respecto a su primogénito.

El hijo mayor de Fabiola y Bertín Osborne, que cumplió dieciocho años el pasado mes de noviembre, nació con una parálisis cerebral debido a una listeriosis que padeció Martínez durante su primera gestación (en 2008, la expareja tuvo, además, a su hijo pequeño, Carlos Osborne). Ambos han estado volcados en su cuidado desde entonces, dando pasos importante en lo relativo a la visibilidad de su situación. Con respecto a los abusos, la colaboradora reconocía en respuesta a preguntas de la prensa en el mencionado actor que los niños "son vulnerables de por sí", pero que son "el triple de vulnerables" si cuentan con algún tipo de discapacidad

Fabiola siempre ha entendido, como ya ha contado en el pasado, que todo pasa por educar afectivo-sexualmente a las personas que las padecen y a sus familias, para que entre todos puedan entender y detectar situaciones similares. "Hay personas que utilizan ese poder que tienen para vulnerar la inocencia de nuestros niños", señalaba en relación a parientes o cuidadores que pasen tiempo con ellos. "Tus partes son tuyas, tu cuerpo es tuyo", reivindicaba como mensaje a transmitir, y hablaba de su propia experiencia con su hijo mayor.

Kike lleva pañal y, en sus propias palabras, a veces no es fácil cambiárselo. "Es un hombre de dieciocho años ya, no es un bebé al que puedes tumbar en un sofá y cambiarle delante de todo el mundo", admitía. En sus propias palabras, los padres a veces funcionan "en automático". "Entonces, como el niño lleva pañal pues es un bebé toda la vida", una idea que infantiliza a personas con este tipo de situaciones, y que envía un mensaje peligroso al desnudar a un hijo porque la necesidad prioriza: "Tu cuerpo no tiene ningún valor, todo el mundo te puede mirar".

Martínez reconoce que ella misma ha aprendido gracias a los talleres afectivo-sexuales que organizan en la Fundación Kike Osborne, y que empezó a preguntar a Kike sobre la presencia de personas que la han ayudado en los cuidados de su primogénito: "Kike, tengo que explicarle cómo te debe cambiar el pañal. ¿Se puede quedar?". Según lo relatado en la mencionada rueda de prensa, la reacción del adolescente le ha sorprendido en ocasiones. "Él no me dice, no, no quiero que me vea. Pero ya sé qué me está diciendo, siento vergüenza, no conozco a esta persona, me va a ver desnudo", reconocía.

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