El pasado mes de febrero, Rosario Flores arrancaba su nueva gira, ‘Universo de ley’, con la que celebrará sus tres décadas de trayectoria en la música y se subirá a los principales escenarios de nuestro país hasta mayo, instante en el que ofrecerá en Madrid dos fechas consecutivas en las que ya ha conseguido colgar el cartel de ‘sold out’.
El tour, además del nuevo logro que supone para la artista, también se ha consolidado como uno de los más especiales en su carrera por la oportunidad que le ha brindado de compartirlo con su hijo, Pedro Antonio Lazaga, que ha seguido los pasos de su madre en la música; así como al lado de su primogénita, Lola Orellana, que en su caso se sitúa detrás de la escena según ella misma nos ha contado.
El pasado jueves, 20 de marzo, Santa Cruz de Tenerife reunió en su recinto ferial a numerosos rostros reconocidos con motivo de una nueva edición de los Premios Dial, como Pablo López, Estopa, Dani Martín, Chenoa o Cepeda. Tras su estela, Rosario aterrizaba en la alfombra verde del evento y en la que se sinceraba acerca de la etapa musical que atraviesa.
“Me siento muy agradecida y quiero desde aquí deciros a todos que gracias porque está todo vendido y es realmente impresionante la gente conmigo, todo lleno, cantando desde el principio hasta el final celebrando mis 33 años en la música”, comenzó explicando sobre los primeros conciertos de su gira la que también confesó estar “muy agradecida con la vida” y pedirle por ello “a la Virgen” que le deje donde está.
Tras sus primeras palabras, la artista se sinceraba sobre compartir escenario con su hijo y definía su papel fundamental en su tour: “Muy orgullosa, él es músico y toca muy bien la guitarra así que este año, que ya tiene 19, me lo llevo conmigo. Es un músico más de mi banda y realmente le está viniendo muy bien porque está aprendiendo muchas cosas”, relató.
Además, durante su intervención Flores también quiso recalcar que en las distintas ciudades en las que ya ha aterrizado y lo hará en los próximos meses permanecerá a su lado su primogénita Lola, que a diferencia de los anteriores ha decantado por dirigir su carrera profesional hacia la pintura, la fotografía y el mundo de cine: “Mi hija también trabaja conmigo detrás, pero todos lo llevamos en la sangre así que bienvenido sea, yo lo que quiero es que vengan muchos artistas”, explicó.
Sin embargo, la cantante sabe diferenciar a la perfección los límites de lo personal y lo profesional con sus descendientes, a quienes tiene “muchísimo respeto”, razón por la que aprovechó para expresar la privacidad que ha intentado mantener desde la infancia de ambos: “No les conoce casi nadie porque los he cuidado mucho. Yo he sido muy popular desde pequeñita y quería que ellos tuvieran la libertad que yo no tuve. Pero ellos ya, mayores de edad, deciden lo que quieren”, confesó.
A pesar de su gran relevancia en nuestras fronteras, así como la de su clan familiar, Rosario expresó que para ella “no ha sido difícil” preservar la intimidad de los anteriores: “La gente me ha respetado mucho y desde aquí digo que siempre me he sentido muy respetada tanto por el público como por la prensa. Me habrán visto seria porque siempre he sido muy seria para mis cosas y me lo he tomado muy en serio y muy de verdad y la gente lo sabe y a ellos no les engañas fácilmente”, concluyó.
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