Bertín Osborne ha formado, a lo largo de las ultimas décadas, una familia numerosa. El cantante tuvo cinco hijos fruto de sus dos matrimonios, respectivamente, con Sandra Domecq y Fabiola Martínez. A ellos se ha sumado un sexto, el hijo de Gabriela Guillén, que en los últimos meses ha acabado por reconocer como propio, algo que la justicia también ha determinado. El foco mediático se ha ocupado de distinta forma de ellos. Las tres mayores, Alejandra, Eugenia y Claudia, tienen una proyección pública y han pasado a ser rostros conocidos. Mucha menos exposición tienen, por ahora, los que el cantante tuvo junto a la modelo venezolana. Son Kike y Carlos Osborne, dos adolescentes de personalidades muy distintas.

Casi dos décadas estuvieron juntos Bertín y Fabiola, hasta el anuncio de su divorcio en enero de 2021. Tiempo en el que la pareja pasó por el altar y en el que la comunicadora pudo cumplir su sueño de ser madre. En 2007 llegó el primogénito de ella, cuarto hijo de Bertín, Kike, que sufre una lesión cerebral desde su nacimiento. Menos de dos años después llegaría el segundo, el quinto para el cantante, Carlos. Tras su separación, Osborne y Martínez llegaron a un acuerdo por el cual ella ostentaría la custodia de ambos, mientras que él sufragaría sus gastos. Actualmente, ambos viven en Madrid con su progenitora.

Kike es el mayor de los dos. Nacido el 31 de enero de 2007, por lo que hace unas semanas cumplió los dieciocho años. Sus padre han estado volcados siempre en sus cuidados y, de hecho, decidieron dar visibilidad y apoyo a familias que viven situaciones análogas con la creación de una fundación que desde hace unos meses recibe el nombre del joven. Su mayoría de edad supone una nueva etapa y ha provocado que recientemente la familia haya tenido que visitar el juzgado, para tomar una decisión en torno a su curatela, la institución jurídica con la que proteger su capacidad, que ejercerá su madre y por la que deberá rendir cuentas.

Sus padres han hablado en más de unas ocasión de su carácter y personalidad. En un reportaje conjunto para la revista ¡Hola", el cantante señalaba que su hijo mayor es "protagonista" y que le gusta todo lo que le gusta a su padre, como el campo, los caballos, el fútbol y las motos. "Está loco por sentarse conmigo a ver un partido de fútbol. Y es del Madrid", reconocía su progenitor sobre el vínculo entre ellos. "Bueno, y cada vez que entra una mujer guapa a la habitación, ya no mira a nadie más", añadía entonces con humor. Por su parte, Fabiola ha dicho de él que atraviesa una etapa más "rebelde", y que se está "reivindicando" a sí mismo.

Su hermano pequeño, Carlos, parece ser muy distinto a él. Nació el 20 de noviembre de 2008, y tiene actualmente dieciséis años. Ha sido siempre un gran apoyo para su hermano, estando tremendamente pendiente de él. Una circunstancia que ha llegado a preocupar a su madre. "No quiero que él sienta que es su obligación porque 'mi mamá lo hace' o porque 'mi hermano lo necesita'. Quiero que sea decisión suya", comentaba en una entrevista en el podcast 'Drama Queen'. En sus palabras, su benjamín tiene una "sensibilidad especial" y es un joven muy maduro y con una gran capacidad de empatía, una personalidad que ha provocado que su propia madre tuviese que recurrir a ayuda profesional para aprender a saber cómo gestionar la madurez de su hijo pequeño.

Carlos está implicado en la Fundación Kike Osborne, trabajando como voluntario en ocasiones, y en lo que referido a gustos, es radicalmente distinto a su hermano, siendo un apasionado de los concursos y programas musicales, como 'Got Talent' o 'La voz'. También está muy metido en redes sociales, algo que ha derivado en algún castigo de su madre, como relató al micrófono de Divinity. Su padre, que le ha llevado a los toros alguna vez e incluso le apuntó a un campamento militar para que cogiese disciplina, relataba a ¡Hola! que lo considera un tío "muy medido, muy equilibrado", diferente a como era él de joven, "superlisto", con mucha personalidad y que le cuestiona "todo" a su padre.

Su madre ha hablado también en los últimos meses de cuál es el impacto de la adolescencia en ambos y en la relación entre ellos. Así, reconocía que Kike, por su personalidad, siempre "intenta llamar la atención" de su hermano pequeño. Pero este se encuentra en un punto en el que "llega a casa y se encierra en su habitación", como relataba la de Maracaibo. De ahí que se haya producido una cierta distancia entre ellos: Fabiola asegura que ya no "comparten tanto" y que están a "otro ritmo", pero está segura de de que habrá un punto en el que "vuelvan a encontrarse".

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