Kim Kardashian ha vuelto a Armenia, el país de origen de su familia paterna. Una visita con mucho simbolismo en la que la empresaria ha estado acompañada por el cantante Kanye West, su hermana Kourtney, sus hijos y sus sobrinos Mason, Penelope y Reign. Todos ellos se han bautizado en una ceremonia conjunta celebrada en la Santa Sede de Echmiadzin, la catedral principal del país, considerada por muchos el Vaticano de la Iglesia Apostólica armenia.
"Gracias Armenia por un viaje tan emmorable. Muy bendecida de haberme bautizado junto con mis bebés", ha agradecido en su Instagram varios días después de terminar su viaje familiar. La presencia del klan provocó un fenómeno fan, llegando a colapsarse las principales calles de Echmiadzín por los centenares de fans que querían tener su foto con alguna de las Kardashian.
La intención de la celebrity era inculcar en sus hijos North West, Saint y Chicago sus orígenes. De ahí que les llevase a visitar el Monumento de Tsitsernakaberd en memoria del genocidio armenio. Un acto de nostalgia por el que Kim estaba muy emocionada. Prueba de ello, esta foto en la que posa con su hermana Kourtney justo antes de iniciar este viaje.
Los looks de las Kardashian fueron, cómo no, muy Kardashian. Tanto Kim como Kourtney hicieron su propia versión del traje típico armenio, combinando los vestidos ajustadísimos con un velo, cuello alto y collares XXL con símbolos religiosos. Todo en tonos grises, blancos y tierra.