Es difícil imaginarse la sitcom cañí de los 2000 sin ella. Ya son casi una veintena las series en las que ha participado Kira Miró. Y otras tantas obras de teatro en las que le ha tocado colgar el cartel de ‘sold out’. Pero lo que algunos desconocen es que el vínculo de la canaria con la interpretación le viene de familia. Aunque su apellido no tenga nada que ver con la eterna Pilar Miró, la actriz también forma parte de otra gran saga de la farándula. Prácticamente todo su entorno se dedica a este bendito gremio. Y es el momento perfecto para reivindicarlo.
Empecemos por el pico de su árbol genealógico. Para ello debemos irnos a Las Palmas de Gran Canaria, donde su padre fue una leyenda de la noche isleña. Aunque su nombre de pila era José García Beltrán, todos le conocían como Pepe MacDonald. También como el 'alcalde de la noche'. Incluso llegaron a empapelar la ciudad con su cara. MadDonald, El Trébol o Toca Toca fueron algunos de los locales nocturnos que regentó a partir de los 70. Con el Beach Club de San Agustín convalidó su buena fama. Y lo demás es historia.
Por mucho que Kira llevase en la frente el título de 'la famosa de la familia', no había tarde que pasease por la playa de las Canteras en la que no le parasen cada tres metros. Y no por ella, sino por su padre. Con su muerte en 2019, un trocito de la isla se vistió de luto. Pero su memoria sigue muy presente entre aquellos que le vieron construir ese imperio de la noche que aún sigue vigente. "Seductor nato", con un sentido del humor "único"... A Pepe, como bien dijo su hija el día de su adiós, "a 'public relations' no le ganaba nadie". Por eso cuesta tanto olvidarle.
La rama materna de Kira Miró también tiene enjundia. Su abuelo, Baudillo Miró Mainou, fue premio de Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1992 por su innovación en las artes isleñas. Un mérito que heredó la madre de la actriz, Marta Miró, a la que hace cinco años dieron un Goya por su labor como directora de producción en 'Nadie quiere la noche', de la Coixet. El orgullo de hija por este reconocimiento a la carrera cinematográfica de su madre lo encontramos en su Instagram, donde reivindicó la "entraga y pasión" de Marta por su trabajo detrás de las cámaras.
En esta foto-celebración en la que la familia celebraba el premio posando con su merecido 'cabezón' nos encontramos a Ciro y Sarah, los otros dos artistas de la familia. A él, aunque se inició en la pintura e hizo sus pinitos con DJ y camarero, seguro que le pudiste ver en 'Los últimos de Filipinas' o 'La conjura de El Escorial'. También dirigiendo 'FashionLins: Custo Barcelona', su primer corto. Sin embargo, en lo que ha demostrado ser un crack es en la esgrima, deporte por el que ha ganado más de un campeonato en Berlín, donde reside actualmente.
Sarah Miró, por su parte, también probó con otra 'bella arte', en su caso relacionada con la canción. Kira, Ciro y compañía fueron su gran apoyo cuando decidió compartir su talento en un conocido talent show musical, ha grabado en acústico una versión de 'Lonely Boy', de Black Keys, y desde el pasado mes de septiembre forma parte de Eco Bride, una original firma de vestidos de novia que defiende la moda sostenible.
Si bicheamos su Instagram, estos últimos meses han estado marcados por este proyecto creado por un grupo de mujeres emprendedoras que buscan dar "una segunda vida con tintes naturales después del gran día". Por desgracia, llegó tarde a descubrirlas y no pudo escogerlas para su boda con Pipo Trujillo, un argentino dedicado al circo con el que se casó el año pasado.