El nombre de Miguel Bosé ha resonado con especial fuerza durante este último año y medio. Su postura negacionista frente a la pandemia hizo que su figura pasase de ser la de un músico de exitoso recorrido a un sujeto objeto de críticas. Cada vez que el intérprete de ‘Amante bandido’ mostraba su opinión sobre la crisis sanitaria, la polémica estaba servida. No es el único tema no musical que le ha llevado a copar titulares recientemente. Su separación con Nacho Palau, su extraño problema vocal o sus pleitos con Hacienda han situado al artista en el centro de la diana. Un recopilatorio de tramas de las que ha hablado en su última entrevista, donde se ha sincerado sobre la educación de Tadeo y Diego, sus dos hijos biológicos.
El cantante recibía a los periodistas de la revista mexicana ‘Quién’ en su casa México, donde reside con los dos pequeños de diez años desde hace tres. Precisamente su llegada a este país habría coincidido con el cambio de mentalidad de Miguel respecto a la educación de sus retoños. “Cuando tenían siete años dije: ‘se acabaron las nannies’. Quiero que ellos aprendan a cuidarse solos", descubría cuál era su propósito con esta decisión.
"Por la mañana se levantan, hacen sus camas, se asean y hacen su desayuno. También ordenan sus armarios. La vida es normal y tienen que tener esa serie de pequeñas responsabilidades que son necesarias para que hagan músculo para cuando lleguen las más importantes: que se responsabilicen de su área, de su vida y de sus deberes”, explicaba Bosé en esta distendida charla, en la que aseguraba haber adaptado su día a día a los quehaceres de los mellizos.
“Estoy muy pegado a ellos, los disfruto. Hacemos muchísimas cosas juntas y ese es el tiempo más valioso para mí”, hablaba así sobre sus dos tesoros, a quienes está educando para que sean “felices y apasionados”. Eso es lo fundamental para el músico. No le da ninguna importancia ni le preocupa lo más mínimo el ámbito en el que decidan enfocar su futuro, ya sea “en la música, la arquitectura o en la astrofísica”, pero es cierto que no le gustaría verles sobre un escenario porque su profesión “ya no es lo que era”.
Aún es pronto para saber si alguno de ellos ha heredado su talento. Por el momento deben seguir formándose en la escuela, donde acuden a diario de la mano de su popular padre, cuya presencia -como era de esperar- no pasó desapercibida entre el resto de padres del alumnado: “El primer año me miraban y cuchicheaban, pero siempre muy respetuosos. Ahora, me imagino, ya es más normal verme”, quitaba hierro al asunto Miguel, que ahora va a los cumpleaños de los amiguitos de sus hijos o los recibe en su propia casa con total naturalidad.
El 16 de octubre de 2018 fue la fecha exacta en que la blindada intimidad de Bosé saltó por los aires. Un comunicado de Nacho Palau confirmaba que llevaba 26 años manteniendo una relación estable que había finalizado de la peor manera posible. A partir de ese momento se iniciaba una guerra judicial entre ambos por los intereses de los cuatro varones que habían nacido durante su “convivencia ininterrumpida” de más de dos décadas.
La postura del artista, en un principio, fue la de anclarse en el silencio. Sin embargo, ahora no tiene problema en ofrecer su versión de los hechos. Según ha puntualizado en esta publicación, esta “separación traumática” fue fruto de “25 años de convivencia, no de pareja”. Calificando lo vivido como “terrible”, Miguel admite que, precisamente, por esta razón quiso ser padre biológico de sus dos hijos: “Por lo mismo yo quise ser padre biológico de mis hijos, para que nadie me los quite y, de hecho, nadie me los puede quitar”, se consolaba.