24 de octubre. Aunque hacía tiempo que en casi toda España nos habíamos despedido del calor con un 'hasta el año que viene', el aviso definitivo de que 'el invierno se acerca' nos llegó con el cambio de hora. Aquella madrugada del sábado, a las 3 de la mañana eran las 2. Una modificación que ha implicado que desde esta semana las tardes sean mucho más cortas y que el sol caiga casi sin darnos cuenta. A muchos esto les produce una cierta sensación de jet lag, pero si a alguien le afecta en especial es a los niños. Así lo ha reflejado la actriz Natalia Sánchez en su último post de Instagram, donde nos ha hecho partícipes de cómo el que anochezca más pronto y amanezca antes ha puesto patas arriba la casa que comparte junto a Marc Clotet.
En la foto se aprecia claramente el panorama. 5:45 horas, noche cerrada y todos despiertos, con ella tomando una taza bien grande de café mientras su chico se encarga de Neo, el pequeño, que está sentado en su trona. "A los responsables del cambio de hora: sería un detalle por su parte que dejaran por aquí sus números de teléfono. Así yo, cada mañana les enviaría una bonita foto de toda la familia ya desayunada como esta", ha escrito con sorna.
Pero esto no es en lo único que se han tenido que adaptar por el desbarajuste que ha implicado en los horarios de sus dos hijos. "En contraposición, otra de las 18:45 horas todos cenando. Nos ha coincidido con dos noches de Lia con fiebre, llantos, medicinas, etc. Y ¡ya no sabemos ni en qué día vivimos! Ay, mamá"; ha comentado desesperada, "desde la cama, obvio" a las ocho de la tarde, asegurando que "a veces es peor una que cinco". Si esto no es posible, continuando con el tono irónico, la actriz que dio vida a Teté en 'Los Serrano' les ha aconsejado que llamen directamente a sus hijos "y se lo explican, porque yo no sé cómo hacerlo".
Esta etapa de cambios ha pillado a Natalia Sánchez en un momento de reflexión. En mayo de este año dio a luz a Neo. Pronto se cumplirán dos del nacimiento de Lia, la mayor. Y este ejercicio de echar la vista atrás le genera cierta "ansiedad". "También la vida es eso, aceptar que los momentos pasan, que a veces, incluso, se olvidan y que lo que realmente alimenta el alma es ese instante", planteó hace unos días, "con ganas de llorar" por ver cómo sus peques se van haciendo mayores.