Dos kilos, ochocientos veinte gramos y 48 centímetros. Fueron las medidas con las que nació Noah, el primer hijo de Elena Furiase, en el Día de la Hispanidad de 2018. La actriz hacía público el nacimiento del bebé que llegaba al clan Flores con un posado a tres junto al pequeño y su chico, el músico Gonzalo Sierra. En sus veinte meses de vida, Noah se ha convertido en una alegría y un motivo de unión para la familia. Repasamos cómo ha crecido en su más de año y medio de vida el más pequeño de la conocida saga de artistas.
Desde el principio, Elena y su pareja tuvieron muy clara una máxima a la que no han renunciado en la corta vida de Noah: respetar escrupulosamente su privacidad. Conscientes del interés mediático que podría despertar, ambos han optado por cuidar mucho su imagen. Aunque el primer nieto de Lolita Flores sí ha aparecido puntualmente en las redes de sus padres o de su abuela, lo cierto es que nunca han mostrado su rostro y en todo lo relativo a su presencia han optado por la prudencia.
Pero gracias a esas pequeñas y cuidadas incursiones en el Instagram de Elena hemos podido ver el crecimiento que ha experimentado desde su nacimiento. Desde las primeras imágenes del hospital, en las que pudimos visualizar su diminuto pie gracias a una publicación de su padre, al niño pequeño que su madre muestra ahora. Su "cachorrito" ya camina con soltura, y luce una media melena rubia.
También nos hemos podido hacer una idea sobre cuál es el carácter del pequeño. Los stories de Instagram de Furiase han sido el lugar en el que, especialmente en sus primeros meses de vida, la actriz narraba las anécdotas protagonizadas por Noah. El pequeño parece tener una especial atracción por las aventuras. Con medio año de vida ya se escapaba de la cama de colecho para colarse en la de sus padres cuando Elena se despistaba. Y meses más tarde su madre confirmaba que el tema de la siesta era complicado, ya que Noah prefería jugar a descansar.
Y también se confirma que el pequeño cuenta con el genio y la personalidad de los Flores. El mejor ejemplo tuvo lugar hace este pasado marzo, mientras madre e hijo disfrutaban de una tarde de manualidades. Noah tenía problemas al retirar unas pegatinas, y ante las dificultades, acaba por romper a llorar ante los intentos de su madre por calmarle. "Tiene su carácter, lógicamente", confirmaba Elena.
Además, durante estos meses hemos podido ver al niño en varios planes junto a sus padres. El octubre pasado los tres se fueron de vacaciones de ruta por el norte de España con una caravana. Incluso ha conocido a otras vips amigas de Elena, como su compañera Ana de Armas.
La actriz ha querido también ser sincera con respecto a los miedos y las preocupaciones lógicas que siente como madre. Elena, que ha reconocido en varias ocasiones que le encanta ver la vida y redescubrir algunas cosas a través de la mirada de su hijo, no ha ocultado tampoco las complicaciones de la maternidad y ha confesado que siente dudas, miedos y pensamientos de todo tipo durante la crianza.
Ella misma asegura, en cualquier caso, que hay que aprender a vivir con los temores."Con mil ojos… ¡Pero no hay que tener miedo!", reconocía al hablar de los primeros gateos de su hijo el verano pasado. Noah, que la recibe emocionado cuando llega a casa tras trabajar, se ha convertido en su "luz". Y la actriz admite que, aunque cada día puede ser una derrota o una victoria, según se mire, "sea lo que sea, es con mucho placer....".
Noah es, además, el niño que ha hecho abuela a Lolita, madre de la actriz. La cantante ha vivido esta nueva faceta con pasión y con mucho orgullo. En los primeros meses de vida del pequeño, por ejemplo, mostrando su alegría al poder quedarse a solas con él durante varias horas para cuidarle. Le encanta pasar tiempo con él y comentar con cariño todas las publicaciones de su hija en las que aparece. Noah ha sido también quien ha conseguido que la cantante recupere la ilusión por las Navidades, una época en la que siempre echa de menos a los que no están.
Una estrecha relación, la de la abuela y el nieto, que se ha visto interrumpida en estos últimos meses debido a la pandemia de coronavirus. El confinamiento al que tuvieron que someterse los ciudadanos durante meses hizo que la cantante de 'Sarandonga' estuviese alejada de su familia durante un tiempo. Sabiendo que aunque difícil, era una decisión responsable, Lolita reflexionaba entonces en su cuenta de Instagram al respecto.
Con una imagen de su nieto de espaldas y haciendo gala de la honestidad que la caracteriza, lamentaba que el pequeño no pudiera ver en unos meses a su abuela, "la gitana", como ella misma se denomina. "Estoy aguantando como puedo él no verle, no olerle, no besarle, el tirarme al suelo con él y jugar a que yo también soy una niña", reconocía entonces, asegurando que lo hacía por su salud y la de todos.