Chenoa vive "dentro de una burbuja". Así lo asegura su padre biológico, José Carlos Corradini, que ha reaparecido en los medios de comunicación para denunciar la situación límite en la que se encuentra por culpa de la pandemia. Desde que se divorció de Patricia, madre de Laura, cuando la cantante apenas tenía un año, la relación paternofilial es nula. No existe relación entre el argentino, que en estos momentos reside en Buenos Aires, y la extriunfita. Y ahora, a través de una reveladora entrevista para la revista Semana, ha querido llamar su atención narrando cuál es su realidad a más de 10 mil kilómetros de distancia.
"Tengo una jubilación que no llega a 100 dólares que no me cubre ni siquiera el alquiler", ha confesado. De ahí que desde que irrumpiese esta crisis sanitaria mundial, el padre de Chenoa se haya visto obligado a vender mascarillas en plena calle. "Con eso tengo para comer (...) aunque no sea productos que me ayuden a mi salud, porque la comida sana es muy cara", ha reconocido.
Su situación ya era precaria antes de la covid-19. Sin embargo, las consecuencias económicas que ha tenido la pandemia en países como Argentina la han agravado. Los cuatro hijos que tuvo después de romper con la madre de su hija Laura son incapaces de ayudarle: "Es imposible, apenas tienen un sueldo de 300 dólares y tienen hijos. Apenas tienen para vivir ellos".
Sin embargo, José Carlos tiene claro que a Chenoa "no le va a conmover" su relato. Según él, la culpable de que no haya relación con la artista es su exmujer, que "se encargó de endurecer su corazón". Corradini es consciente de que su segunda hija "es generosa con su otra familia", ya que "tiene un corazón de oro y los viene ayudando desde que empezó a trabajar".
Ante las preguntas de Semana, el padre de Laura ha ido a más y ha desvelado que ni ahora ni nunca ha recibido apoyo económico por parte de su hija. Además, ha declarado que aún desconoce el motivo por el que Chenoa jamás ha querido ponerse en contacto con él. "A mí no me importaría sentarme con ella y con su hermano (Sebastián, que nació un año antes que Laura) y que me dijeran o reprocharan lo que consideran", ha manifestado públicamente. La única conclusión a la que ha llegado con los años es que su "pecado" fue "facilitar a su mamá que pudieran marcharse de acá una vez que nos divorciamos".