Elena Tablada sufre una nueva pérdida tras la muerte de su abuela y su padrastro: "El cielo se está poniendo mejor que aquí abajo"

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Elena Tablada hacía frente, a principios de este mes, a otro doloroso fallecimiento: la de su padrastro, Javier Iturrioz, a los 78 años, con quien mantenía una magnífica relación. El marido de su madre ingresaba en el hospital San Carlos por una infección respiratoria que no pudo superar. La socialité se refugiaba en su familia para afrontar esta pérdida, que volvía a sumirla en la desolación seis meses después de la partida de su abuela, Elena Moure, de 93 años, a la que recuerda con asiduidad en redes. “Sigues regalándome sonrisas que a veces secan mis lágrimas. Gracias porque siempre estuviste y siempre estarás. Deberías haber sido eterna”, escribía hace unos días adjuntando un vídeo con su hija Ella.

Y ahora, una semana después de la defunción del empresario, la diseñadora sufre un nuevo varapalo al asumir la muerte de su amigo más fiel. “El cielo se está poniendo mejor que aquí abajo. Buen viaje Safy”, escribía unas palabras a su perrita, que ha acompañado y protegido a la familia durante 13 años. “Dile a mami que me muero por verla y cuento los días. Gracias por darme instinto maternal antes de que Ella me convirtiese en madre”, compartía algunas imágenes de su mascota y agradecía todo lo que había aprendido de ella.

“Gracias por acompañarme tanto tiempo y darme tanto amor incondicional, que hoy carece entre humanos. Te voy a extrañar mucho, a ti y tus enseñanzas, pero vete sabiendo que nos hiciste muy feliz y nos llenaste de amor. Nos vemos en la otra orilla”, colgaba su despedida en stories, que finalizaba con un vídeo en el que Elena dice a su abuela lo mucho que la quiere: “Ya están juntitas. Cuídamela. Pronto nos vemos. Beso al cielo”, añadía.

Elena Tablada viajaba a Formentera tras la muerte de su padrastro

Elena y su padrastro, conocido por ser uno de los fundadores de la mítica KU, mantenían una relación excepcional, por lo que su muerte ha sido bastante dolorosa para ella. Hace dos años dio otro importante susto al sufrir un fuerte golpe tras una caída que le provocó coágulos en la cabeza que pusieron en riesgo su vida. Sin embargo pudo reponerse de esa situación. Tras arropar a su madre en este durísimo golpe, la madrileña hizo las maletas y puso rumbo a Ibiza y Formentera, su refugio en los meses de verano, para disfrutar de los primeros días de calor y afrontar este duelo rodeada de algunos de sus mejores amigos.