“Coco. Con estas palabras anunciaba Rocío Osorno que su matrimonio había finalizado un año y medio después de su mediática boda en Sevilla. La pareja, padres de dos niños, habían tenido “muchas discusiones” en los últimos meses, motivo por el que había decidido dejar de convivir juntos y poner fin su relación. “Somos personas muy diferentes de forma de pensar y eso al final va mermando una relación hasta llegar a ese punto”, contaba entonces.
La decisión, “tomada por ambas partes”, se hizo pública meses después de que los protagonistas tomasen la decisión. Esta noticia supuso una auténtica sorpresa para algunos de sus fans, que quisieron saber cómo se encontraba la influencer. “Estoy bien, tranquila y a gusto conmigo misma”, aseguraba. “Ha sido algo más progresivo, lo hemos luchado pero hay cosas que a la hora de la convivencia nos generan muchísimas discusiones y malos rollos que son innecesarios”, desvelaba sobre los motivos de su divorcio. Pero, ¿qué pasa con los niños y la casa?
El senador de Vox y la influencer son padres de dos niños: Jacobo, que tiene dos años, y Luisito, que tiene ocho meses. Pocos meses antes de su separación, la pareja había adquirido una nueva casa en una lujosa urbanización de Sevilla. Tras su ruptura, cada uno se ha quedado con una casa y los niños pasan la mayor parte del tiempo con su madre. Y ha sido sobre este asunto que la influencer ha querido detallar más.
“Jacobo está con su padre y Luisete todavía no se va a dormir porque soy una cagada con eso”, ha explicado. “Es muy pequeño y prefiero que duerma conmigo porque él duerme mal y su padre tiene el sueño muy profundo. Yo así me quedo más tranquila”, confesaba. Coco Robatto sale a pasear con los dos niños, pero es solo con el mayor con el que y duerme alguna que otra noche.
El hijo pequeño de la influencer se levantó “con un ojito más rojo, como si fuese conjuntivitis”. Tras llamar a los médicos, Rocío Osorno descubrió que se trataba de uno de los primeros síntomas de covid asociando a los niños. “Me lo tuve que llevar a urgencias para ver si era una conjuntivitis bacteriana o vírica”, ha detallado. Poco después descubrió que todo se había quedado en un susto y que se trataba de bacteriana, lo que descartaba que el niño pudiese tener coronavirus. “Hoy ya se ha levantado bastante bien”, contaba.