Para algunos, los menos curtidos en este universo vip, el de los Flores es el clan que más ha nutrido a los paparazzis del papel couché cañí. No les falta razón. El árbol genealógico que crearon Lola Flores y 'El Pescaílla', con las consecuentes ramificaciones derivadas de Lolita, Antonio y Rosario, ha sido fotografiado desde el preciso momento de su nacimiento. Y esto es literal. Pero hay dos miembros que han conseguido escaparse a conciencia de las garras de la fama.
Mientras que Alba Flores y sus primos Elena y Guillermo Furiase eran perseguidos desde la infancia, hay dos excepciones que se mantienen prácticamente en el anonimato. Hablamos de Lola Orellana, fruto de la relación de Rosario con el argentino Carlos Orellana, y de su hermano Pedro Antonio, que nació a raíz de un matrimonio posterior de la cantante con Pedro Manuel Lazaga, su marido actual.
El hecho de que ambos hayan mantenido este anonimato no es casual. Así lo ha dejado claro la propia Rosario en una entrevista para el programa que Bertín Osborne presenta en Canal Sur. Y este mérito de preservar su intimidad a pesar de su grandilocuente apellido es algo que la artista ha llegado a envidiar. Desde que se convirtió en madre de la mayor, que ya tiene 24 años, tuvo un objetivo claro: "Darles la libertad de elegir lo que quieren ser, si quieren ser conocidos o no".
En su caso, la popularidad que algunos ansían les vino debajo del brazo. De ahí que su reto fuese deshacer esta fama y lograr todo lo contrario. "Son los dos muy sentidos, muy de alma, pero quiero que sean libres y si deciden que la gente los conozca, pues adelante, pero mi gran orgullo como madre es que ellos van por la calle y nadie los conoce", ha expresado con satisfacción en 'El Show de Bertín', a donde ha acudido este miércoles como invitada.
"Yo quería que mis hijos fuesen libres y lo he conseguido, yo no lo fui... He sido famosa toda mi vida", ha manifestado con nostalgia, haciendo referencia a esa exposición que tenían los menores antes de que se regularizase su privacidad de cara a la prensa del corazón. Sin embargo, esta firme intención no quita que pueda hablar de ellos en público con admiración, como ha sucedido en esta última aparición pública de Rosario Flores: "Son mis dos diamantes, mi vida, mi alegría, mi amor".
Lola Orellana, que hace ya cuatro años fue despixelada, ha heredado el gen artista de los Flores. "Es una maravilla cómo escribe, cómo pinta". Con respecto a Pedro Antonio, que aún es menor de edad y acaba de cumplir los 15, su madre ha confesado que tiene muy buen oído y que le gusta mucho la música. "De momento no sabemos qué va a pasar", ha dejado en el aire, planteando la posibilidad de que en un futuro pueda dedicarse a la canción.