No está siendo un año fácil para Tamara Falcó, que ha tenido que hacer frente a la muerte de varios familiares en un corto periodo de tiempo. Primero tuvo que despedirse de Carlos Falcó, su padre, que se convertía, el pasado mes de marzo, en una víctima del virus que golpea nuestro mundo. Un duro varapalo del que no se habría repuesto cuando fallecía de forma inesperada Jaime Carvajal, marido de su hermana Xandra, que sufría a los 56 años una muerte súbita. Por si fuera poco, la familia también tenía que dar su último adiós a Fernando, el marqués de Cuba, que perdía la vida días después de ingresar de gravedad en un hospital madrileño. A pesar de todo, la hija de Isabel Preysler no ha perdido la sonrisa en ninguna de sus apariciones públicas, mostrándose tranquila y serena pese a las complicadas circunstancias por las que está viviendo, desvelando en una entrevista en exclusiva para ¡Hola! cómo se encuentra en la actualidad.
“Es todo muy reciente, parece un poco una pesadilla”, ha comentado a esta cabecera, donde ha reconocido que su familia está viviendo “una mala racha”. Pese a todo lo ocurrido, Tamara prefiere centrar esto en su lado más religioso y mantiene la esperanza de que volverá a verlos algún día: “no creo que todo se termine aquí. Creo que me los volveré a encontrar y ahora, simplemente, tengo que hacer mi parte hasta que nos volvamos a ver”. Mientras tanto, ella tiene asumido que “la muerte forma parte de la vida”, pero no duda en confesar que “cuando te falta alguien, le empiezas a echar de menos y te empiezas a preocupar de qué va a ser tu vida sin ellos”.
La muerte más reciente fue la de su tío, Fernando Falcó, con el que mantenía una relación muy especial. “Es mi padrino, le quería un montón y le quiero un montón”, ha admitido. Durante los últimos años, el marqués era una pieza fundamental en la vida de Tamara, a la que llamaba de forma cariñosa “Tamarusky”. “Se había convertido en una figura paternal conmigo, sobre todo los últimos años porque es verdad que los niños no le hacían mucha gracia”, ha recordado cómo su trato fue afianzándose según iba creciendo: “los últimos años ya era más adulta y le divertía mucho salir a cenar y comer conmigo. (…) Le voy a echar muchísimo de menos”.
Semanas después de la triste noticia del fallecimiento de Carlos Falcó, se hacía público que una de sus últimas decisiones fue cederle el título de marquesa de Griñón a su hija mediana, Tamara. Aunque la prensa desde ese momento ya la reconocía con esta herencia nobiliaria, ella explicaba que hasta que no saliera publicado en el boletín oficial del Estado, algo que tiene que ser otorgado previamente por el rey Felipe VI.
Ahora parece que todo ha tomado su rumbo y ha puesto fecha para que finalmente esto ocurra. “Me han dicho que va a ser el 12 de noviembre el día que se publique en el BOE. Es algo muy emocionante”, comentaba efusiva en la misma revista, donde rememoraba que su padre le comentó que tener un título es algo que recibes y que hay que aportar un granito de arena para dejarlo mejor. “Espero conseguirlo, la verdad. Mi padre ha dejado el listón superalto y voy a intentar hacer bien las cosas”, se ha mostrado decidida.