Tamara Gorro siempre ha manifestado su intención de crear una familia numerosa junto a Ezequiel Garay. Hace seis años, después de un tiempo ocultando "una felicidad que no era", la influencer logró convertirse en madre a través de un proceso de gestación subrogada. Fue así como tuvo a Shaila, la mayor, a la que dos años después se sumó Antonio, del que se quedó embarazada en 2017. Fue tal el tsunami emocional que experimentaron que, poco después, el matrimonio optó por tener un tercer hijo por la vía de la adopción. Sin embargo, cuando estuvieron a punto de conseguirlo, una serie de acontecimientos les forzó a tener que decir que no.
Así nos lo contó ella misma en una entrevista exclusiva para esta web. En ella, tal y como puedes ver en este vídeo, la de Móstoles nos desveló la tristeza que sintió por haber tenido que paralizar el proceso cuando se les solicitó un dinero que no se les justificaba y que no accedieron a pagar. Ahora, a través de una conversación con la revista Diez Minutos, la influencer ha dado los detalles que faltaban de esta desagradable circunstancia que les marcó a nivel familiar.
Tras verbalizar que ella no se ha "plantado" en esto de volver a ser madre, Tamara ha reivindicado que, de ponérselo más fácil, quizá se animaría a tener otro hijo. Eso sí, con una línea que se niega a sobrepasar: "Si me piden que compre un niño, no lo voy a hacer". Con esto hace referencia a lo que les sucedió hace ya tres años, a pocas semanas de conocer el que sería su tercer retoño. "Íbamos a recogerle a Uganda. Mi hija ya conocía a Dylan por fotos", ha narrado a la revista. Fue entonces cuando, tras varios movimientos de la casa de acogida y los intermediarios, les "jodieron" la ilusión que tenían.
"Primero nos cambiaron la fecha, luego los test psicológicos, el siguiente paso era el de elegir el sexo. A mí me daba igual, yo lo único que quería es que fuese un niño necesitado de amor. Y nos mandaron la foto de Dylan. En ese momento, ya se lo contamos a nuestra familia. Y nos llamó el abogado para decirnos que teníamos que pagar de 60.000 a 70.000 euros", ha explicado.
Desde su "ignorancia", tal y como ha asumido la propia Tamara Gorro en la entrevista, pensó que "eso era por el proceso". Cuando le dijeron que no, que ese dinero no estaba justificado, se quedó perpleja. "En ese momento, Eze y yo nos miramos y decidimos que no íbamos a comprar un niño".