Este pasado fin de semana el equipo del Valencia, en el que juega Ezequiel Garay, ganó la copa del Rey. Tamara Gorro estaba feliz por el triunfo de su chico y fue retrasmitiendo a su familia virtual la celebración familiar que tuvieron durante todo el fin de semana. Ahora, vuelta a la realidad y con resaca de emociones, Tamara Gorro ha compartido un momento triste de estos días y ha mostrado una parte de bajón. La ‘influencer’ ha grabado un vídeo llorando y ha explicado a sus seguidores una de las cosas que le produce mucho “miedo” en la vida. ¡Te lo contamos!
“Estoy acostumbrada a mostrar una parte de mí que incorporé en mi vida hace tres años: la positividad. Pero también tengo mis bajones y sí, también lloro. No me oculto, es más, lo muestro con la misma naturalidad que diariamente hago con otras publicaciones”, escribía Tamara Gorro. La presentadora ha querido transmitir uno de los momentos tristes que ha vivido durante este fin de semana: “Así es la vida… te entrega momentos preciosos, llenos de alegría y felicidad, pero a su vez la tristeza te invade. En este último viaje a Sevilla, la vida me mostró una realidad que yo nunca he querido ni quiero aceptar: la vejez de mis yayos, concretamente la de mi yayo”, reflexionaba.
“Me duele y me parte el corazón ver al que siempre fue mi padre así, y tengo miedo, mucho miedo. Pero como siempre he dicho, el miedo paraliza y yo lo voy a eliminar para disfrutar de él y darle lo mejor de este mundo”, explicaba Tamara Gorro. La ‘influencer’ ha querido compartido dos momentos importantes que la han marcado durante estos días de celebración, uno muy feliz y otro que la ha producido gran tristeza: “Felicidad y tristeza, yo no sabía que se podía vivir a la vez. Pero sí… El siguiente vídeo representa la felicidad”. En ese vídeo que ha compartido se puede ver a parte de su familia, entre ellos su yayo, saltar de emoción en la celebración del partido que estaba jugando su marido, Ezequiel Garay. La familia al completo grita “qué salte el abuelo”, mientras su “yayo”, salta de felicidad en las gradas del estadio de la ciudad de Sevilla.
“Sin embargo, la siguiente foto, cuando la hice y la vi, me produjo tristeza”, explica Tamara. En esa siguiente foto, hecha en el autobús, Tamara posa poniendo morritos mientras su abuelo, en el asiento de atrás, mira triste por la ventana. “Y todo esto tiene un nombre: VIDA”, concluía Tamara Gorro.
Después de la victoria, Tamara Gorro bajó al campo y se fotografió besando a su marido: “Sin palabras. Lo sabía, lo tenía claro, estaba convencida. Quien lucha con fuerza y constancia, tiene aquello que desea. Gracias por tanto ¡Te amo mi vida!”, escribía la ‘influencer’.