Eurovisión siempre ha sido una pequeña escuela de grandes estrellas y algunos de los cantantes que han pasado por su escenario han ganado, gracias ello, cierta notoriedad y fama. Porque nadie podrá olvidarse de Massiel y su mítico La La La o de Joan Manuel Serrat y su histórico Mediterráneo. Es por eso que representar a España en Eurovisión, para muchos, se convierte en un pase de oro para la fama. Un éxito que será muy importante saber mantener en el tiempo, y que, a la vez, es algo que suele ser especialmente complicado. Es el caso de Anabel Conde, que pese a su segundo puesto en Eurovisión no consiguió triunfar en la música.
Puede que su nombre no te suene, pero Anabel Conde, que representó a España en Eurovisión en 1995, fue la última representante de nuestro país en quedar segunda en el talent musical europeo. Anabel, con poca experiencia previa, decidió subirse al escenario para interpretar Vuelve conmigo, el tema que la subió al podio de Eurovisión con tan solo 19 años, algo con lo que hizo historia en nuestro país.
La edición de Eurovisión de 1995 se celebró en mayo de ese mismo año en el Point Theatre de Dublín. Para triunfar, José María Purón le escribió la canción Vuelve conmigo, por la que la cantante obtuvo 119 puntos. Además, con el paso del tiempo, ha sido recordada como la actuación con el mejor directo de todo el festival. También, fue seleccionada por la UER, con motivo del 50 aniversario de Eurovisión, en el año 2005.
Ella misma afirmó en una entrevista que fue complicado hacerse a la canción. “Al principio no me gustaba, no me sentía identificada. A mí me gustaba la música americana, así que no la veía muy acorde a mí. Pero, con el tiempo, he dicho que fue un acierto, porque es una canción muy pegadiza. […] Creo que al final fue la canción perfecta para enganchar al público”, comentó la cantante.
Tras el ‘boom’ de Eurovisión, Anabel se quedó sin discográfica, ya que en la que se encontraba quebró. Es por eso que la cantante decidió hacer un parón en su carrera. Tras esta pausa, la artista decidió mudarse hasta Londres para seguir formándose en la música. Además, apareció varias veces en televisión, comentando cómo había sido su paso por el festival.
En el año 2000 fue una de las participantes de Eurocanción, con el único objetivo de volver a representar a España en Eurovisión, de nuevo. Pero no logró su objetivo y quedó cuarta en la preselección con la canción Ni colores, ni fronteras. Más tarde, junto al cantante David Domínguez, formó el dúo Dabel, publicando un álbum, Dos lunas, que no tuvo mucho éxito.
Cinco años más tarde volvió a subirse al escenario de Eurovisión, aunque esta vez como corista de la delegación andorrana. Al año siguiente, en 2006, intentó representar a Polonia con el sencillo Sappho, pero no lo consiguió. También, grabó una maqueta que fue rechazada por los distintos sellos discográficos. Al poco tiempo, Anabel volvió a intentar representar a España en Eurovisión, consiguiendo llegar a la final con su tema Sin miedos. Sin embargo, fue Daniel Diges el elegido en esa gala. Ese mismo año fue una de las invitadas para actuar en la Fiesta del Orgullo Gay de Madrid.
En 2015 actuó representando a España en el Festival del Báltico, en Suecia, y, ese mismo año, anunció que publicaría un nuevo tema, Ven y sálvame. Actualmente, Anabel trabaja como profesora de música y canto. Además, suele aparecer en televisión comentando el festival y todos los eventos que tienen relación con él.
Como ella misma ha comentado, los comienzos de su carrera fueron especialmente dulces. Pero, luego, tuvo problemas con la discográfica. “Decidí apartarme un poco de lo que era la música”, explicó a un medio. Además, también, tuvo problemas con la fama: “Me agobié un poco, porque pasé de ser una persona anónima a que todo el mundo me mirara en la calle o que se pegaran codazos cuando pasaba”.
Respecto a su nueva andadura profesional, como profesora, Anabel está muy contenta. “Decidí pasar a ser docente, porque siempre me había hecho ilusión, desde pequeñita. Me gustan mucho los niños y me gusta mucho cantarles”, argumentó al ser preguntada. “Soy muy afortunada y no lo cambiaría por nada”, añadió.