Ana de Armas está a punto de poder ganar un Oscar por interpretar a Marilyn Monroe en la película Blonde. Su espectacular trabajo la ha catapultado a lo más alto, y que a pesar de las críticas de todo tipo que ha recibido la cinta, nadie ha cuestionado que su encarnación de Marilyn es digna de admiración.
Su camino hasta llegar a lo más alto y codearse con las grandes estrellas de Hollywood no ha sido fácil, ya que Ana de Armas tuvo que salir de Cuba para ser actriz, dejando atrás su hogar, familia y amigos, cuando solo tenía 18 años. El talento, el valor y la constancia la han llevado a disfrutar de este dulce momento, pero ella no olvida lo que ha supuesto alcanzar el reconocimiento y la fama, y se muestra muy orgullosa de sus orígenes.
Si bien Cuba no era el lugar indicado para que Ana de Armas desarrollara su carrera profesional tal y como soñaba, la actriz guarda un gran recuerdo de su infancia y adolescencia en su país natal. Aunque nació en Santa Cruz del Norte, creció en La Habana, donde los cortes de luz y la falta de combustible eran frecuentes y Ana tenía que hacer uso de una cartilla de racionamiento para obtener alimentos básicos.
Con todo, su situación no era de pobreza y a su padre nunca le faltó el trabajo, pero las restricciones eran inevitables. Además, ella se recuerda corriendo descalza por la playa, bañándose en el mar y disfrutando de la vida con lo que esta le ofrecía. Con sus amigos hacía obras de teatro para los vecinos, algo que recuerda con cariño, pero que estaba muy lejos de lo que realmente ella quería hacer.
Después de ver la película Matilda en casa de una vecina, Ana de Armas comenzó a soñar con ser actriz y logró entrar en la Escuela Nacional de Arte de Cuba. Las casualidades de la vida hicieron que en una fiesta de cumpleaños conociera a las hijas de Jorge Perugorría, un famoso actor cubano. Por ellas se enteró de que Manuel Gutiérrez Aragón estaba en La Habana buscando el reparto de su siguiente película, La rosa de Francia. Ana consiguió acceder al casting y logró un papel.
El talento de Ana comenzaba a reconocerse, pero ella sabía que en Cuba sus posibilidades para desarrollarse como actriz eran limitadas, y que al igual que otros artistas cubanos, la única opción era abandonar la isla en busca de trabajo. Así que, con solo 200 euros en el bolsillo y con 18 años recién cumplidos, vino a España a cumplir su sueño.
No tardó ni un mes desde que llegó a España en encontrar trabajo. Fue en la serie “El internado”, que la hizo muy conocida durante las siete temporadas que duró la ficción. En ese tiempo conoció al actor Marc Clotet, con el que llegó a casarse, pero tras dos años de matrimonio la pareja admitió públicamente que la relación no funcionaba tan bien como habrían querido y se separaron.
Fue en 2013 cuando, tras separarse de Marc Clotet, Ana decidió que era el momento de apostar al 100% por su carrera y se marchó a Hollywood. Tenía que estudiar inglés pero, aún sin dominar el idioma, comenzó a conseguir papeles relevantes en diferentes películas, como War Dogs, Knock Knock, Blade Runner 2049.
Su relación con el actor Ben Affleck la puso en el punto de mira de la prensa del corazón y cuando la pareja terminó, Ana de Armas ya tenía una carrera que la posicionó como una de las actrices más populares de 2021. Que llegara la propuesta para interpretar a Marilyn era algo que tenía que ocurrir, y ahora solo queda esperar para ver si consigue abrazar el Oscar el próximo 12 de marzo.