El divorcio de Antonio Banderas y Melanie Griffith fue toda una sorpresa para sus seguidores, también un momento doloroso, pues parecía que su amor era eterno. El tiempo ha pasado y ellos han sabido mantener la cordialidad y la amistad, por el bien de Stella, la hija que tienen en común, pero también de ellos mismos, el tiempo que pasaron juntos y la familia que formaron.
Durante todo el tiempo que duró su matrimonio, Antonio y Melanie fueron un equipo, el mejor apoyo el uno para el otro y para sus hijos, tanto Stella como sus hermanos, fruto de anteriores relaciones de Griffith. Alexander, nacido de su relación con Steven Bauer, y Dakota, nacida a raíz de su matrimonio con Don Johnson, tampoco era raro que se uniera a sus escapadas Jesse, hijo mayor de Don, de una relación anterior.
Su relación comenzó durante el rodaje de una película, como no podía ser de otra forma siendo ambos actores de talla internacional, pero el plató de ‘Two Much’ no fue el primer lugar en el que se cruzaron sus caminos. La primera vez que se vieron fue durante una entrega de premios Oscar a la que Antonio acudió acompañando a Pedro Almodovar, quedó embelesado al ver a Melanie.
Sí que fue la comedia de enredos, que compartieron en 1995, cuando surgió la chispa definitiva entre ellos, a pesar de que en la pantalla sus personajes pasaban por varios problemas y desencuentros, interpretando Antonio dos personajes, el del protagonista y el del falso hermano gemelo que se inventa para poder seducir a su verdadero amor, que resulta ser la hermana de su prometida (Melanie).
La película no consiguió demasiadas alabanzas, tal vez porque todas se las quedaron ellos al desvelarse que eran la pareja del año. Antonio se divorciaba de Ana Leza, su primera mujer, y Melanie hacía tiempo que había terminado su relación con Don Johnson, su segundo marido.
La pareja se convertía en una de las más queridas de Hollywood, pero también de España, algo a lo que contribuyó el carácter de ambos. Antonio siempre ha sido amable y divertido y Melanie parecía adaptarse a las costumbres españolas a su manera, con un toque americano. Siempre dulce y divertida, le robó el corazón a Banderas y a su familia, pero también a gran parte de los españoles y, sobre todo, a los malagueños, con quienes disfrutaba de la Semana Santa.
Un año después de confirmar su relación, en mayo de 1996, la pareja se casaba en Londres, un enlace íntimo y privado al que solo acudieron 12 invitados. En el mes de septiembre nacía Stella. Su matrimonio siempre había sido sólido, pero no por ello exento de problemas. Melanie ha confesado en alguna ocasión sus problemas con el alcohol, y en algunos momentos de su vida ha necesitado algo más de ayuda, lo que no siempre ha sido sencillo para su entorno.
Anunciaban su separación en 2014 y el divorcio se hacía efectivo en 2015. Mientras Antonio encontraba de nuevo el amor junto a Nicole Kimpel, Melanie continúa soltera, centrada en su familia y su trabajo.