Ana Obregón bautizó este domingo a su nieta, Ana Sandra, hija de su hijo Alessandro Lequio y nacida por gestación subrogada tras el fallecimiento de este. La ceremonia se celebró en la parroquia de Nuestra Señora de la Moraleja, el mismo lugar en el que en el año 2020 despidieron a Aless. Allí acudieron los familiares y amigos más cercanos a la familia para acompañar tanto a la pequeña como a Ana, encargada de su manutención y que cuidó al mínimo cada gesto.
Obregón se encargó de todos los detalles, que no fueron pocos. Desde el traje de cristianar de los Borbones que lució Anita y que fue el mismo que llevó su padre en su día, al dos piezas rosa de la presentadora acorde a la alegría y la emoción de la celebración e incluso a los regalos de los invitados. Y es que, como en toda ceremonia de este calibre, los asistentes no se fueron a casa con las manos vacías.
De hecho han sido dos de las mismas, tanto Susana Uribarri, mánager y mano derecha de Ana Obregón, como su hija Carlota Uribarri, las que se han encargado de compartir en sus redes sociales el obsequio tan especial que han recibido.
En las imágenes, muestran los dos tipos de velas que entregaron a los que acudieron. Una de ellas, rosa pastel y con un corazón en la superficie, acompañada de un gran lazo y también con el mensaje escrito: “Gracias por venir a mi bautizo. Anita, 17 diciembre 2023”. La otra, aunque también del mismo color y con el mismo lazo, tiene la imagen de un elefante acompañado de pequeños corazones y con otras palabras: “Bautizo de Anita Lequio Obregón. 17 diciembre 2023’.
A la salida del evento íntimo en el que Ana por fin pudo reunir tanto a su nieta, Ana Sandra, como a su círculo más cercano, la ya mencionada mánager de la actriz quiso compartir con los medios más gestos sobre lo que había ocurrido dentro de la parroquia: "Ha sido un bautizo precioso, alegre y bonito. Ana ha leído. Aless estaba viendo todo", revelaba Susana.
Además, tanto la hermana de Obregón como la madrina y futura tutora de la niña para cuando su abuela falte, Celia Vega-Penichet, confirmaban que “la pequeña se había portado genial hasta el último momento a pesar de estar ya cansada” y también quisieron dejar claro que "había sido un día muy feliz, pero al mismo tiempo muy triste. Por fin tenemos algo alegre que celebrar. Ana está encantada”.