A lo largo de los años y de su trayectoria profesional, Raphael se ha convertido en todo un icono de la música tanto en nuestro país como de forma internacional. Y es que desde los 16 años, (ahora tiene 80), ha dedicado su vida a la música aunque eso no le ha impedido triunfar también en lo personal: lleva más de 50 años casado con su mujer, Natalia Figueroa, con la que tiene tres hijos y ocho nietos, entre estos últimos, Manuela de Arenzana.
Manuela es hija de Alejandra Martos, la primogénita mediana de Raphael. Se trata de la nieta mayor del artista de Linares que además, tras dejarse ver en diversos eventos, se ha declarado toda una fan incondicional y un gran apoyo de su abuelo. Ya a principios de 2022, no dudó en acudir a la presentación del documental 'Raphaelismo' y posar agarrada del brazo de su abuelo. Este mismo año, en marzo, ambos acudieron de nuevo al veinte aniversario en la música de David Bisbal, donde también se fotografiaron juntos y disfrutaron del concierto.
Manuela cumplía 20 años el pasado mes de agosto: "¡Felices 20, mi niña! Que tengas un año increíble y, sobre todo, que seas muy feliz. Te quiero hasta la luna ida y vuelta", escribía en sus redes su madre junto a una fotografía de las dos en las que es evidente el parecido entre ambas.
Y es que Manuela y su madre tienen una relación de la que esta última no dudó en hacer alarde en una entrevista a ¡Hola!: “Nos gusta ir juntas a tiendas, salir a comer, visitar museos. A veces sube al taller de restauración y le enseño en lo que estoy trabajando. Tenemos una relación muy bonita. Ya es más mayor y hablamos de cosas de adultos”. En cuanto a su personalidad, Alejandra Martos también confesaba en el mismo medio que su hija “es una chica disciplinada en la universidad. Es muy ordenada en algunas cosas y más caótica en otras.”
A pesar de pertenecer a una familia mediática, Manuela tiene claro hacia dónde quiere dirigir su futuro. La joven, que recibió una educación internacional al pasar cuatro años en México junto a su padre, Álvaro de Arenzana, volvía a España hace dos años para comenzar a cursar la carrera de psicología aunque eso sí, le gustaría dedicarse a la criminología.
Además, es una apasionada de la moda hasta el punto de haber llegado a convertirse en imagen de la firma De Chávarri.