La familia Ronaldo Rodríguez celebra la Navidad este año lejos de su hogar en Madrid, pero Papá Noel no se ha olvidado de ellos aunque estén en la capital de Arabia Saudí. La pareja y sus hijos han disfrutado de estas fechas tan especiales en Riad, donde han tenido que pasar la velada de Nochebuena debido al compromiso de Cristiano con su club, el Al Nassr.
No es la primera vez que Gio comparte con sus más de 54 millones de seguidores todas los detalles de su vida, incluyendo sus adquisiciones más excéntricas y su colección repleta de bolsos de marca. Sin embargo, esta vez la que presume de sus presentes son sus hijas. Papá Noel no se ha cortado este año y ha decidido darle a las niñas unos regalos al gusto de su madre. Después de pasar una magnífica noche degustando una exquisita cena japonesa, tocaba descubrir el contenido de los paquetes que los pequeños habían recibido debajo del árbol.
La madrileña compartía a través de su historia de Instagram cómo quedaba la casa después de que Mateo, Eva, Alana, Cristiano Jr y Bella Esmeralda desenvolvieran los regalos: como si hubiera pasado un auténtico "tornado". Las "princesas" - como les llama su madre- de la familia han sido las más afortunadas de la noche, ya que no solo desenvolvían sus juguetes como muñecas y juegos de cocina. También han recibido un carísimo complemento pequeño y fácil de llevar con el que poder lucir los outfits que les prepara su madre: un bolso de la marca Louis Vuitton, concretamente el modelo Alma BB con un precio de 1.500 euros.
Los pequeños han exprimido sus nuevas adquisiciones al máximo cada momento y al día siguiente los pequeños seguían emocionados mientras su madre ejercitaba en el gimnasio.
Queda claro que la madrileña se toma con total seriedad las festividades navideñas y aunque los regalos sean su punto fuerte, también lo es la decoración. La influencer estrenaba la Navidad de este año por todo lo alto y decoró su chalet de Madrid con una pista de hielo. A través de redes sociales nos demostraba sus habilidades de patinaje cogida de la mano de un gran pingüino y rodeada de su familia y amigos.
Un plan navideño en su jardín con todo tipo de detalles en la que no podía faltar un puesto de churros, donde podían coger fuerzas con este manjar con chocolate caliente que preparaban unos empleados al instante. A Georgina no le importa escatimar en gastos, y más en estas fechas de alegría y felicidad.