El nombre de Belén Rueda se ha consolidado sin duda como uno de los más reconocidos en el ámbito televisivo y cinematográfico de nuestro país. La actriz debutó en 1997 en la pequeña pantalla de la mano de Emilio Aragón y su ‘Médico de Familia’ y desde entonces, ha participado en decenas de proyectos ambiciosos. Sin embargo, en 2018 llegó a sufrir por su futuro profesional con motivo del grave problema de salud al que tuvo que enfrentarse.
Belén Rueda sufrió un accidente cerebrovascular hace seis años, antes del rodaje de ‘El silencio de la ciudad blanca’, pero no fue hasta cinco después, en el pasado 2023, cuando confesó que le había dado un ictus: "Pensé que era una lipotimia, que te da un mareo y pierdes el conocimiento durante un tiempo, fue un tiempo muy cortito, pero mi hermana que vive al lado vino a casa y me dijo que estaba rara y llamó a la ambulancia", explicó entonces a Pablo Motos.
Ahora, durante su participación en ‘Col·lapse' en TV3', un programa conducido por Ricard Ustrell, ha querido sincerarse todavía más sobre la razón por la que había mantenido la condición médica de forma privada hasta la fecha indicada: "Cuando me pasó yo no lo conté, se lo conté a las personas más cercanas. Es que piensas que si lo cuentas quedarás inhabilitada a nivel laboral, vida, movimientos de viajes. Y es que esto es una cosa que se suele esconder, porque la gente te mira diferente, como con pena... Como que no eres capaz de hacer lo que hacías antes", ha afirmado.
Por este motivo, la intérprete tuvo que lidiar con una serie de secuelas psicológicas entre las que también tuvo que lidiar con la presión que su pensamiento le interponía y le indicaba la posibilidad de que algunos profesionales no quisieran contar con su presencia en sus planes: "Tenía miedo de que determinados productores tuvieran miedo de contratarme”, ha afirmado.
También en el mismo lugar, la ganadora de un Goya ha querido destacar el factor positivo que pudo sacar sobre la experiencia vivida: "Me salvó. ¿Cómo se explica esto? Un ictus transitorio no llega a tener hemorragia, pero me faltó oxígeno en el cerebro. Me dio un susto muy grande, me llevaron al hospital con tiempo y me hicieron un examen y todas las pruebas de la cabeza", ha expresado.
Tras someterse a las pruebas pertinentes, los médicos le descubrieron una aneurisma que, en un futuro, podría haber provocado otro ictus con secuelas graves y que evitó gracias a lo anterior.
Por ello, Rueda ha confirmado que a día de hoy se encuentra perfectamente recuperada: "Mi neurólogo me dijo que ahora estás mejor que antes, puedes hacer tu vida normal, así que estoy feliz”.