Son dos de los personajes más famosos de la televisión en nuestro país, aunque cada uno desde diferentes frentes. El productor y director de televisión Daniel Écija y la actriz Belén Rueda tuvieron una sólida relación desde principios de los 90 hasta el año 2004. Tuvieron tres hijas y solo estuvieron casados durante el último año que estuvieron juntos. Años antes, intentaron contraer matrimonio, pero las cosas no salieron como ambos querían. Te contamos cómo fue la boda de Belén Rueda y Daniel Écija, que poco tiene que ver con las grandes celebraciones a las que nos tienen acostumbrados los vips.
Belén y Daniel se conocieron cuando él dirigía el programa de televisión “Vip Noche”, que se emitía en Telecinco. Belén era la presentadora del mismo, junto al showman Emilio Aragón. Ahí comienzó una larga historia de amor que terminó de mutuo acuerdo, según el comunicado oficial que emitió la productora Globomedia, en 2004.
Para Daniel Écija, la boda con Belén Rueda suponía su primer matrimonio. Para ella era el segundo, y los trámites judiciales derivados de su primera boda supusieron un impedimento para casarse con Daniel durante años. Su primer marido fue un italiano llamado Massimo, con el que Belén se casó con solo 20 años. Vivieron juntos en Italia, pero el matrimonio solo duró dos años y la actriz regresó a España.
La intención de Belén y Daniel era casarse en diciembre de 1993, al poco de conocerse e iniciar la relación. Así lo anunciaron y tenían todo preparado para la celebración. Pero no fue posible. A pesar del deseo de la pareja por casarse y festejarlo con amigos y familiares, para poder celebrar la boda eran necesarios unos documentos relacionados con el primer matrimonio de Belén que no llegaron a tiempo. A su pesar, tuvieron que cancelar la boda, pero siguieron adelante con el banquete y con la luna de miel, que disfrutaron en Cuba, por lo que de alguna manera, sí celebraron su unión.
Imaginamos que esta celebración, aunque no hubiera papeles, y la solidez de la relación, hizo sentir a la pareja que ya no necesitaban casarse. De hecho, cuando por fin se casaron por lo civil en 2003, en una discreta ceremonia, aseguraban que lo hicieron "como un mero trámite porque ya nos sentíamos casados". Por aquel entonces ya habían tenido tres hijas: Belén, Lucía y María, la mayor de todas, que falleció de una cardiopatía congénita antes de cumplir el primer año de vida.
A pesar de los años que estuvieron juntos y de haber formado una familia, la pareja solo permaneció junta un año tras la boda. En ese tiempo, desde el enlace hasta la separación, al parecer ambos reflexionaron sobre la relación y decidieron ponerle fin de la mejor manera posible.