Así fue la infancia de las hermanas Pombo: de sus negocios con "chuches" a su pueblo refugio
Lucía, Marta y María siempre han tenido una gran relación y ahora están más unidas que nunca
La vida de las Pombo es seguida en redes por cientos de personas, que no quieren perderse detalle
Martín y Vega, los hijos de María Pombo, protagonizan un momentazo en la boda de Marta
La vida de las hermanas Pombo despierta un gran interés entre sus seguidores, que parece que nunca dejan de crecer. Ellas son conscientes de ello y por eso comparten con sus followers los grandes momentos de su vida, y también los instantes más cotidianos.
Gracias a eso es más sencillo conocerlas un poco mejor, también compartir algunos de los días más importantes de su vida, como la boda de Marta, que se casaba el 21 de octubre con su pareja y padre de su hija Matilda, Luis Zamalloa.
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Embarazos, bodas, nacimientos o separaciones, todo el mundo quiere saber un poco más de la vida de las Pombo, y ellas no decepcionan, ya sea de manera consciente o por error, como sucedió cuando María filtró sin darse cuenta su segundo embarazo en un programa.
La infancia de las hermanas Pombo
Las tres hermanas siempre han estado muy unidas. Lucía es la mayor y también la que menos se dedica a las redes sociales, más centrada en su carrera como piloto. Eso no quita para que comparta muchos de sus momentos, como su boda con Álvaro López Huerta o colabore con algunas marcas.
Marta se ha tenido que enfrentar a la peor cara de las redes sociales y ha salido victoriosa, eso sí, necesitó ayuda profesional para poder afrontar todo lo que le estaba sucediendo. Su primer matrimonio no salió como ella esperaba: se separaba menos de un año después de casarse con Luis Giménez, con quien llevaba ocho años de relación.
La más pequeña de las tres, María, es la que comenzó todo, abriendo su cuenta de Instagram en 2012, cuando se encontraba estudiando en Estados Unidos y Canadá, y gracias a esta experiencia es bilingüe. De sus años en Canadá siendo una adolescente contaba María en un programa de radio que, en una ocasión, a punto de perder el autobús, decidió no esperar la cola del supermercado y se guardó el sushi y el zumo que había entrado a comprar en la mochila para salir de allí.
La pillaron, la llevaron a la comisaría y le avisaron que esto podría costarle su permanencia en el país e incluso impedirle entrar en Estados Unidos, donde planeaba estar al año siguiente. El resultado fue una multa, trabajos comunitarios borrando grafitis y una fiesta de final de reinserción en la que hicieron un sorteo y ganó un Mp4.
María no era muy buena estudiante y decidió dejar su carrera de Turismo y Protocolo para dedicarse a las redes sociales. Es precisamente en su cuenta de Instagram donde en ocasiones revela datos de su infancia, como que se rompió la nariz dos veces, la primera en unos coches de choque y la segunda en la piscina.
También la primera visita de su hijo a Camorritos, un pueblo de Madrid donde pasaron ratos muy buenos las hermanas y donde demostraron tener gran visión para los negocios. Mostraba María una imagen del lugar y explicaba que, “aquí vendíamos mis hermanas y yo chuches y bebidas en verano. La jefa era Lucía Pombo y si queríamos tomar alguna chuche teníamos que pagarla (ella por supuesto las cogía gratis)”.
También bromeaba dejando claro que no fue su mejor inversión: “Este era nuestro pequeño negocio durante los veranos. Del que como hermana pequeña y socia minoritaria, por supuesto, no vi ni un solo euro jamás”.
Las hermanas también disfrutaron mucho de su tiempo en Adrados, el pueblo segoviano que las vio crecer y que ahora se ha convertido en su refugio.