Juan Avellaneda, sobre su estado de salud: "Convivo con el dolor las 24 horas del día"

Con solo 27 años, Juan Avellaneda fue diagnosticado con cáncer testicular. La vida del diseñador daba entonces un giro. Comenzaba una batalla que finalmente ganó. Han pasado quince años de aquel terrible momento y ahora varios medios han apuntado que habría sufrido una recaída en su enfermedad. Algo que él mismo ha negado.

Según ha revelado el diseñador en una de sus últimas entrevistas, todo ha sido un error. "Me cambiaron un poco lo que dije", ha aclarado Avellaneda, que sí ha reconocido que desde hace un mes se está sometiendo a algunas pruebas, pero que está todo bajo control. "Lo que dije es que me han salido de nuevo unos bultitos y que estaba otra vez con revisiones médicas. De momento, está todo controlado, aunque es un poco rollo tener que volver a pasar por eso", ha explicado.

Fue el propio Avellaneda quien detectó esos bultos y, aunque ha reconocido en una entrevista que los pospuso, después de habar con su marido, con quien ha formado una familia, decidió ir al médico pese a no querer volver a pasar por el mismo proceso que hace quince años. "Me obligué a ir porque me dolían bastante las glándulas. No me apetecía mucho a volver a pasar el proceso, pero mi marido me dijo: "Ya te vale, tienes que ir". Y es verdad", ha dicho el diseñador, que con su testimonio, además de dar visibilidad a su enfermedad, trata de concienciar de la importancia de la prevención. "En las Asociaciones siempre te dicen que lo más importante es la prevención, pero ya sabes ese dicho de 'en casa del herrero, cuchillo de palo'", ha señalado a la vez que ha reconocido que han vuelto los fantasmas del pasado. "Es un proceso desagradable y, a nivel psicológico, un shock".

Avellaneda sufre dolor permanente

Aunque por el momento todo parece estar bajo control y la enfermedad no ha vuelto, Juan Avellaneda ha reconocido que aunque logró recuperarse, quince años después de ser diagnosticado sigue sufriendo las secuelas de su enfermedad. "Desde que me operaron hace ya diez años, convivo con el dolor las veinticuatro horas del día. Cuando me veas sentado en un banco, con las piernas espatarradas, es que no puedo más", ha confesado.

A pesar de la preocupación lógica del momento, el diseñador ha asegurado que se lo está tomando con calma. "Tranquilo, sí, pero no hace mucha gracia", ha explicado a la vez que ha reconocido que en este momento de su vida, a diferencia de cuando le diagnosticaron hace quince años, prefiere hablar del tema abiertamente. "Antes me lo guardaba para mí, pero ahora lo explico. Pensaba que no, pero es verdad que ayuda muchísimo que alguien lo explique y le dé visibilidad a esta enfermedad", ha terminado diciendo.