Joanne no es solo el segundo nombre real de Lady Gaga (nacida Stefani Joanne Angelina Germanotta): también se llamaba así su tía, a la que nunca llegó a conocer porque falleció a los 19 años, doce antes de que la cantante y actriz llegara al mundo. Joanne murió debido al lupus. Aquel hecho afectó tanto a su familia que Lady Gaga le puso el nombre de su tía a su quinto álbum de estudio. Hoy, la artista triunfa tanto en la música como en el cine, con la recién estrenada ‘Joker: folie à deux’, en la que acompaña nada menos que a Joaquin Phoenix. Pero a pesar de los éxitos, Gaga debe vivir pendiente de dolorosas enfermedades, tanto en lo físico como en lo mental, que la mantienen alerta y que le hicieron incluso tener que frenar en seco en mitad de una gira.
Una de ellas es el lupus eritematoso sistémico, la forma más común de lupus. Selena Gomez lo padece; de hecho, de cada diez afectados, nueve son mujeres, según recoge la Lupus Foundation of America. La mayoría de ellas, en edad fértil (entre los 15 y los 44 años).
Durante un tiempo se comentó que Lady Gaga había confesado que tenía lupus, pero lo cierto es que, tal como ella misma confesó en 2010 a Larry King, había dado “borderline positive”, es decir, límite positivo. ¿Qué quiere decir eso exactamente? Que es positiva en lupus, pero que no ha dado síntomas de la enfermedad. Sin embargo, es una sombra que acecha, dados los antecedentes familiares. “No muestro ningún signo, ningún síntoma de lupus. Pero he dado positivo en la prueba de la enfermedad. Así que, por ahora, no la tengo. Pero tengo que cuidarme bien”, aseguró.
El lupus es una enfermedad autoinmune. ¿Qué quiere decir esto? Que el sistema inmunológico ataca por error a los distintos tejidos del organismo. Y puede atacar a la piel, provocando lesiones muy incómodas… pero también al cerebro, los riñones, los pulmones o el corazón, lo que la hace potencialmente letal.
Sin embargo, y aunque el lupus es algo por lo que estar alerta, Lady Gaga ya sabe lo que es vivir con dolor. Con dolor permanente. “He acumulado mucho dolor durante los últimos años”, dijo hace una década, cuando se encontraba componiendo, precisamente, los temas para ‘Joanne’. “Pasé por mucho dolor en mi cuerpo y esto llevó a una cirugía de reemplazo de cadera”, explicaba entonces. Su cadera no solo se había fisurado, sino que en ella había, tal como la propia artista confesaba, “cráteres gigantes”, del tamaño de una moneda de cuarto de dólar (aproximadamente 2,5 cm de diámetro).
La rotura de cadera es algo que puede suceder en personas mayores afectadas por la osteoporosis, pero en el caso de la cantante, esto sucedió cuando tenía 27 años.
Precisamente la gira del disco con el que quiso homenajear a su tía, la ‘Joanne World Tour’, en 2017, fue la que tuvo que cancelar a causa de la enfermedad que más mella ha hecho en ella: la fibromialgia. Esta enfermedad es un conjunto de dolores musculoesqueléticos difusos (no siempre duelen las mismas partes del cuerpo), que no responden a los analgésicos y cuyas causas se desconocen. Aunque en una entrevista concedida a Oprah Winfrey en 2020, Lady Gaga volvió a hablar de este delicado asunto y le puso nombre y apellidos a su problema: “Estando sentada aquí, contigo, tengo dolor desde los pies a la cabeza”, confesó, y explicó después que la terapia psicológica la estaba ayudando mucho a sobrellevar una enfermedad que la tuvo apartada de los escenarios y que le causó mucha angustia. La razón de ese dolor crónico está, dijo, en que fue violada repetidamente a los 19 años, al comenzar en la industria musical, y que estos abusos provocaron un embarazo no deseado y le causaron estrés postraumático que se terminó convirtiendo, como ella misma dice, en un “ciclón de dolor”. Hoy tiene 38 años y habla abiertamente de aquel trauma y de las consecuencias de todo aquello. Desde luego, si había alguien que podía acompañar al Joker en una película que habla de personas rotas por dentro, era ella.