Ibai Llanos se ha consolidado como uno de los rostros más reconocidos del panorama nacional. El streamer, que a día de hoy acumula millones de seguidores en las redes sociales, ha aprovechado en más de una ocasión el altavoz que suponen las anteriores para, además de mostrar los aspectos de su vida personal y profesional, lanzar mensajes de apoyo a los que hacen frente a situaciones vulnerables.
Ahora el influencer, que el pasado mes de junio comenzaba un reto con el que pretende obtener una transformación física caminando más de ocho horas al día, ha alzado la voz frente al bullying escolar en las clases de Educación Física.
Antes de comenzar el verano, Ibai prometía a sus seguidores hacer lo que pidiese el usuario que más ‘me gusta’ consiguiese en un comentario si se proclamaba campeón del Mundial de la Kings League. Así, comenzaba su nueva rutina, la cual ha calificado como el “mayor reto” de su vida.
Ahora, mientras se encuentra en la cuarta etapa del Camino de Santiago, ha compartido un vídeo de una de sus caminatas en las que, junto a su compañero de profesión El Xokas, ambos han aprovechado una charla sobre el impacto de la ausencia de una rutina de ejercicios en la etapa adulta para reflexionar acerca del acoso al que algunos niños y adolescentes tienen que enfrentarse en el colegio.
"Una de las cosas que veo con la Educación Física es que creo que es un punto donde puede haber mucho bullying también. Creo que los profesores y educadores tienen que estar ahí muy pendientes”, ha explicado Llanos antes de recordar que él, durante su etapa escolar, vio a gente “que lo pasaba muy mal por saltar al potro y quedarse enganchados en medio” en un acto que desencadenaba las risas del resto de compañeros.
No solo en la asignatura mencionada por el creador de contenido sino también en el patio de los centros, ha explicado los tipos de bullying que se dan: "Cuando juegas a fútbol, tienes los pies planos y no sabes dar un pase, empiezas a perder respeto y a sufrir rechazo", ha sentenciado.
Aunque ha reconocido que no sabe cómo esta a día de hoy la situación, ha instado a los monitores a tener “sensibilidad y tacto” para reconvertir el sufrimiento de un niño de las que “pueden ser las cuatro peores horas de su semana” en una actividad de disfrute.