Hace unos días Cristina Pedroche, en una charla con Uri Sabat, contaba que su marido está "bien dentro de sus obsesiones y de ser una persona insatisfecha de por vida". La presentadora comentó que Dabiz Muñoz es "una persona infeliz" y que ella intenta demostrarle cada día la cantidad de cosas que tiene para sentirse afortunado. "Pero él, aún así, no sé, hay veces que le gusta estar en su tormenta. Yo eso lo digo mucho, que es una persona muy tormentosa", comentó públicamente.

En el trailer de UniverXO Dabiz, el documental de Netflix que se estrena este viernes, Cristina Pedroche también explica que DiverXO es el restaurante con el que su marido ha soñado desde que tenía 12 años. "Dabiz es una persona obsesiva con la perfección. Siempre piensa que puede ser mejor y nunca para", comenta la presentadora. Por su parte, el cocinero explica que abrió ese restaurante con 27 años y que hay cosas que "van cambiando" en su cabeza. "Me queda mucho por hacer. Llevo 18 años dedicados a DiverXO y no sé si tiene sentido, igual me apetece cambiar de enfoque vital", se le escucha decir en el trailer de este documental.

Ahora Dabiz Muñoz ha concedido una entrevista en el programa La Ventana, en SER, para promocionar este nuevo proyecto. El cocinero ha explicado que es "una persona obsesiva diagnosticada" y que su obsesión le ha hecho llegar a lugares "donde otros no llegan". "Yo me obsesiono mucho con cambiar los platos, encontrar el sabor perfecto. Hay veces que hago un plato y puedo hacer 25 versiones de ese plato. Estoy todo el día pensando en la comida de todos los restaurantes, pero el que más ocupa mi tiempo es DiverXO. Estoy todo el rato pensando cosas de DiverXO y cuando me siento a comer lo percibo mal", ha comentado.

El cocinero ha matizado que el problema no es el cocinero que se ha encargado del plato, el problema considera que es que quien lo ha pensado "no ha explicado suficientemente bien cómo hacerlo". "Yo vengo de Mordor y estoy, aunque no lo parezca, infinitamente mejor que años atrás y muy feliz. He logrado convivir conmigo mismo y con mi cabeza en un equilibrio. Para mí lo que se hace en DiverXO es difícil disfrutarlo, apreciarlo. Por eso digo que para mí es el peor restaurante del mundo porque es el único en el que no encuentro nada para disfrutar. Hace años caí en la obsesión de que como las cosas podían estar mejor, lo que hacía no estaba bien. Esto ya no lo pienso así salvo cuando me siento en DiverXO", ha contado.

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