La vida da muchas vueltas y en ocasiones el camino que tomamos no es el que parecía en un principio marcado para nosotros. Esto se podría aplicar a la vida de Liberto Rabal, nieto de Paco y gran promesa del cine español en los años 90, cuando fue nominado al Goya con su primera película. Sin embargo, lejos de convertirse en lo que prometía, la vida de Liberto ha sido muy diferente, llevándole a otras profesiones. 

Nieto del gran Paco Rabal y de Asunción Balaguer, Liberto parecía destinado a triunfar en el mundo de la interpretación, pues esta corría por sus venas. Debutó en 1996, con Tranvía a la Malvarrosa, película en la que participó cuando solo tenía 22 años y toda la vida por delante.

Su nombre comenzó a sonar en el mundillo, sobre todo tras la nominación a los Goya por esta interpretación. Fue todavía más conocido después de que Pedro Almodóvar contara con él para Carne trémula. Su carrera, que tanto prometía, no llegó a despegar como se esperaba, algo que sorprendió a muchos. 

Liberto nunca ha llegado a desligarse del mundo de la interpretación, de hecho ha participado en series como Amar es para siempre o Arrayán. También ha probado suerte como director y guionista, con bastante éxito. Estos proyectos, que compartió con su pareja, la actriz Adriana Davidova, fueron clave para que pudieran salir de un complicado bache económico del que él mismo habló en 2005. 

A lo largo de esos años, no dudó en compaginar ambas facetas, sus proyectos como director llegaron a la vez que sus apariciones en series, algunas más largas y otras más episódicas. Para el intérprete su carrera es importante, pero también lo es salir adelante, en 2019 se confirmó que estaba trabajando como dependiente de Ikea. 

Liberto es consciente de que su profesión no es sencilla, siempre se dijo que una serie de malas decisiones, así como una situación familiar poco favorable habían sido las causantes de que no llegara a convertirse en la estrella que todo apuntaba que sería, sumando fans y seguidores con cada uno de sus proyectos. Él ha seguido ligado a lo que es su pasión, como actor, y también dando rienda suelta a otras de sus inquietudes, así sigue realizando proyectos audiovisuales gracias a su productora, Agua en el Desierto.

Una pasión que, en parte, parece haber heredado su hijo, Daniel Rabal Davidov, quien además de haber probado suerte en el mundo de la interpretación, también siente pasión por la escritura, porque ha escrito cuatro libros (el primero de ellos publicado a los 17 años, tal y como recogen en Pronto). 

Una opción complicada, con el peso de un apellido sobre las espaldas que obliga, no solo a estar a la altura de ello, también a tener que luchar contra los prejuicios que pueden existir por ello, pues los nepo-baby, como así los llaman, tienen que demostrar el doble que se han ganado su lugar en la profesión por su trabajo y talento y no solo por su apellido. 

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