Fue hace tan solo unos meses cuando Rocío Carrasco decidió contarle al mundo su dramática historia. Probablemente la de su madre, la de La más grande, ya había sido conocida por todos. Rocío Jurado nació en Chipiona, Cádiz, y falleció a los 61 años debido a un cáncer fulminante. Durante su vida, la cantante tuvo dos grandes amores: Pedro Carrasco y José Ortega Cano. Con ellos tuvo a sus hijos, Rocío, Gloria Camila y José Fernando.
Su primer novio conocido, Pedro Carrasco, era un gran boxeador que, por la época de los 60 y de los 70, triunfaba en los rings. Ambos se conocieron en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid y lo suyo fue todo un flechazo. Ahí se celebraba un evento benéfico, al que habían sido invitados una infinidad de rostros conocidos, pero Rocío y Pedro solamente tuvieron buenas palabras y ojos para ellos. En ese momento, Rocío gozaba de un gran éxito en España, Europa y, también, en América y, además, tenía una gran legión de fans.
Es por eso que cuando Rocío salió de la plaza de toros ahí le estaban esperando una multitud de seguidores. En ese momento, la cantante se sintió indispuesta y fue socorrida por Pedro Carrasco, quien la llevó en brazos de vuelta a de Las Ventas. Eso sí, su relación no llegó a formalizarse hasta años después.
Juntos se dieron el ‘sí, quiero’ en el Santuario de la Virgen de Regla el 21 de mayo de 1976. Allí, en sus alrededores, se congregaron una infinidad de personas, que llegaron no solamente de España, sino también del mundo entero. Llegar al altar no fue nada fácil, ya que Rocío tenía que esquivar la multitud que le esperaba a las puertas del santuario.
Una vez que se dieron el ‘sí, quiero’, la pareja salió a la explanada justo delante de la iglesia y cortaron la tarta nupcial. Después de que la novia ofreciera el primer trozo a su ya marido y él hiciera lo mismo, la pareja compartió el pastel con los allí presentes. Además, todo el momento, lo acompañó las canciones del grupo ‘Los de Doñana’.
La única hija de la pareja, Rocío Carrasco, que tenía menos de un año, también estuvo presente en la ceremonia. Eso sí, el amor entre Rocío y Pedro no duró mucho. Fue en 1989 cuando ambos decidieron tomar caminos por separado.
A mediados de los 90, la cantante conoció al torero José Ortega Cano y cinco años después volvió a pasar por el altar junto al torero. La boda fue retransmitida para que todo el mundo pudiera verla y se convirtió, de nuevo, en un acontecimiento nacional, ya que acudieron a la finca de la Yerbabuena más de 2.000 invitados.
Años más tarde, José Ortega Cano contó datos hasta ese momento desconocidos de la boda. El diestro explicó que, justo un día antes de su boda, la cantante se encontraba mal. “El día anterior a la boda se fue al hotel antes porque decía que se encontraba indispuesta. Yo fui a verla y le digo: ‘¿qué te pasa?’ y me dice: ‘es que te casas muy joven”, explicó en un programa de televisión. Lo cierto es que esto demostraba, una vez más, la naturalidad que siempre ha caracterizado a la artista, ya que Ortega Cano se casaba con 40 años.
La cantante moría en 2006 tras adoptar a dos niños, Gloria Camila y José Fernando. Ambos siempre tuvieron claro que querían ampliar la familia. Por eso, en 1999, justo cuatro años después de su boda, adoptaron a sus dos hijos. Rocío calificó ese día como “el más feliz de su vida”. “Si algo siento es no haber tenido un hijo de ella. Recuerdo que estando en Los Ángeles me dijo que estaba embarazada, pero se le fue en un aborto... una mezcla de ella y de mí hubiera sido bonito”, explicó José Ortega Cano en esa misma entrevista.
Fue en el año 2004 cuando Rocío Jurado concedió una rueda de prensa a todos los medios posibles. Allí, con toda tranquilidad, confesó que tenía cáncer y que iba a seguir su tratamiento en Houston. Hasta la ciudad americana se trasladó toda su familia, que estuvo apoyándola incondicionalmente. La cantante se apoyó en sus hijos y en su marido para superar la enfermedad, de la que ella misma pensaba que iba a curarse. Pero, finalmente, acabó falleciendo al principio del verano de 2006.