Steve Jobs fue una de esas personas cuyo nombre quedará siempre marcado en la historia. El empresario y magnate americano se hizo famoso y ganó reconocimiento tras fundar la marca tecnológica Apple, una de las más importantes en el mundo. Así, gracias a su éxito, Steve fue amasando una gran fortuna. Lo cierto es que su vida profesional era completa y pública: dirigía su marca, se volcaba en ella e innovaba; pero en su faceta privada era mucho más reservado.
Steve conoció a Laurene Powell a principios de los 90, cuando la joven acudió a una charla que el empresario impartía en la Universidad de Stanford. Lo de Steve y Laurene fue amor a primera vista; cuando él vio entrar a aquella joven en la sala donde estaba dando una conferencia supo que significaría algo más en su vida. Esa misma noche fueron a cenar juntos y el 1 de enero de 1990, Laurene aceptó la propuesta de matrimonio de Steve.
La boda se celebró en marzo de 1998, cuando Jobs tenía 36 años y Laurene, 27. Juntos llevaron una vida de lo más tranquila, en el barrio de Palo Alto, en California, donde residían, con todas las comodidades. Luego, llegaría al mundo Reed Paul, Erin Sienna y Eve, que ya ha alcanzado la mayoría de edad en Estados Unidos. Eso sí, su primera hija había nacido mucho antes, en 1978, a quien no reconoció hasta unos años después.
Eve era tan solo una niña cuando su padre murió. Steve Jobs falleció en su casa de California a los 56 años después de que se le complicara el cáncer de páncreas que sufría. Atrás dejaba a su mujer, con quien había pasado los últimos veinte años de su vida, y a sus tres hijos.
Lo cierto es que la hija pequeña de Steve Jobs ha sido noticia en los últimos tiempos y eso que ella siempre ha tratado de mantenerse en un segundo plano, alejada de la fama que puede conllevar ser la hija de una persona tan importante en el mundo, aunque hace poco tomó una de las decisiones más importantes de su carrera: dedicarse al mundo de la moda. Y no solo eso, también acumula en sus redes sociales más de 200 mil seguidores.
Así, el anonimato y la discreción han sido sus máximas durante todo este tiempo. Pero eso sí, hace unos meses decidió dar un paso al frente y ser la imagen de una conocida marca de cosméticos americana. Este ha sido el primer trabajo profesional que se le conoce a la joven, de 22 años, quien decidió posar para esta marca de belleza neoyorkina. En las imágenes, podemos ver a la joven en una bañera cubierta de espuma o con la melena mojada, el pelo hacia atrás y las uñas pintadas de rojo.
Lo cierto es que, hasta la fecha, Eve había centrado toda su vida en torno a una de sus grandes pasiones: los caballos. Tras la muerte de Steve, la familia Jobs se convirtió en la más rica del planeta, con más de 17.400 millones de euros de patrimonio. Sí que es cierto que la persona que heredó toda su fortuna ha sido su mujer Laurene. Esta afirmó que dedicaría su vida a distribuirlo de manera equitativa y que sus hijos estaban al tanto de su decisión.
Eve es, probablemente, la hija más reservada y no fue hasta hace unos años cuando decidió abrir sus redes sociales. Así, si echamos un vistazo a su perfil de Instagram, podemos ver como comparte selfies y fotografías mientras monta a caballo.
Eso sí, en sus redes sociales no podemos encontrar ni rastro de su padre, con quien sus biógrafos afirman que mantenía una relación muy estrecha. Sí que nos podemos encontrar con imágenes junto a su madre, a quien llama “su reina”. También, son muy frecuentes las fotografías en concursos de hípica. Además, la joven suele entrenar en un rancho en Florida, propiedad de su madre y que está valorado en más de quince millones de dólares.
También hemos podido saber que mantuvo una relación con el jinete mexicano Eugenio Garza Pérez, a quien le unió su pasión por los caballos. Hasta hace unos años podíamos observar distintas fotos compartiendo momentos juntos, pero todo apunta a que la relación no cuajó. Ahora, Eve está centrada en sus caballos, en su familia y en su nueva faceta laboral.