Fue hace unos años cuando Rocío Carrasco Mohedano decidió alejarse de los medios de comunicación y nunca quiso hablar sobre la tensa relación que mantenía con sus dos hijos y, sobre todo, con su exmarido, Antonio David Flores. Desde que ambos tomaran caminos por separado, solamente habíamos conocido la versión del ex guardia civil, y con la participación de Rocío Flores en Supervivientes, conocimos otro testimonio que, hasta ese momento, era desconocido.
Ahora, con la serie documental ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ hemos podido saber cómo ha sido la vida de Rocío Carrasco en estos últimos años. Así, la hija de La Más Grande confesó que era una mujer maltratada, que sus hijos se habían posicionado del lado de su padre y que llevaba mucho tiempo viviendo una situación insostenible. Además, había roto lazos con casi toda su familia y eran pocos los apoyos que le quedaban de los Carrasco-Mohedano. Pero, ¿quién es quién en el clan Mohedano?
Rocío Jurado y Pedro Carrasco se casaron el 21 de mayo de 1976. Por aquel entonces, ella era una de las cantantes con más reconocimiento, tanto nacional como internacionalmente, y él era uno de los boxeadores más famosos de nuestro país. Ambos coincidieron en la plaza de toros de Las Ventas, donde el flechazo fue instantáneo. Antes de pasar el altar nació su primera hija, a la que también llamaron Rocío. A pesar de que parecía que matrimonio iba viento en popa, finalmente se acabaron divorciando en 1989.
Rocío Jurado fue muy consciente de la importancia de la familia. Por eso, siempre se intentó rodearse de esas personas a las que consideraba de su confianza. Así, su hermano Amador Mohedano se convirtió en su mánager y era quien le gestionaba todos sus trabajos. También, la mujer de Amador, Rosa Benito, se convirtió en la mano derecha de Rocío y ambas eran como “hermanas”, siempre estaban juntas y Rosa hacía las funciones de asistente personal.
Rocío estaba muy unida a su hermana Gloria, quien se convirtió en un apoyo fundamental en los momentos en los que le detectaron un cáncer. Toda la familia dejó todo lo que estaba haciendo, cogieron las maletas y en el año 2004 se marcharon a Houston. Allí pasaron una corta temporada para que Rocío se sometiera a un tratamiento innovador en su cáncer, una enfermedad que no pudo superar y por la que acabó falleciendo en el 2006.
Antes de eso, en 1995, había contraído matrimonio, en una ceremonia multitudinaria, con el torero José Ortega Cano. Unos años más tarde, decidieron ampliar la familia y adoptaron a dos niños, Gloria Camila y José Fernando. Por aquel entonces, La Más Grande ya se había convertido en abuela, ya que su hija Rocío había sido madre con 18 años de una niña a la que llamó Rocío. Dos años más tarde vino al mundo David.
Por su parte, su exmarido Pedro Carrasco había fallecido cinco años antes por un ataque al corazón y se había casado con la peluquera Raquel Mosquera en 1996. En esos momentos, la relación entre Rocío Carrasco y su padre era bastante tensa y complicada, ya que el boxeador no deseaba que su hija contrajera matrimonio con Antonio David Flores.
Tras la muerte de sus progenitores, Rocío comenzó a alejarse de sus hermanos, de sus tíos y de sus primos. Tal y como hemos podido saber ahora, gracias a su serie documental, esto se produjo por la buena relación que tenían todos ellos con Antonio David Flores. Aunque las que siempre estuvieron ahí fueron sus primas Ani y Rocío Jurado.
Fueron ellas quien, en uno de los programas de la serie documental, mostraron a Rocío Carrasco todo su apoyo. “Hay mucha familia que no es mediática y te queremos”, contaron las dos hermanas. Además, Rocío definió a sus primas como “dos personas fundamentales en su vida”. “Queremos apoyarte y estar contigo. Que nos sientas cerca en estos momentos tan difíciles para ti. Te mereces ser feliz”, le comentó una de ellas a Rocío Carrasco.