A principios de los 70, Carmina Ordóñez era considerada una de las mujeres más bellas de nuestro país. Nacida en el seno de una familia muy ligada al mundo del toreo, la joven se movía en un ambiente exclusivo, costumbrista y con gran apego a esta tradición. Fue en una de las corridas de toros a las que asistió cuando conoció al que sería su marido, Francisco Rivera Paquirri. Ambos contrajeron matrimonio en una impresionante boda que se celebró en la basílica de San Francisco el Grande y donde se unían dos de las familias más influyentes de la sociedad española.
Para ese momento tan especial, Carmina se colocó un tocado de inspiración lituana que fue idea de su hermana Belén. En la madrileña iglesia se congregaron más de 1.500 invitados, entre los que se encontraban personajes tan reconocidos como Lola Flores o Carmen Martínez Bordiú. Los primeros años de matrimonio fueron fáciles y felices, aunque pronto Carmina se dio cuenta de las diferencias que había en la pareja. Ella había sido educada para codearse con la jet set, para salir y entrar de casa, acudir a las fiestas más exclusivas, alejándose mucho del rol de esposa tradicional que buscaba él.
Estos fueron los motivos que hicieron que el matrimonio acabara por romperse. Fue en 1979, cuando ya habían nacido los dos hijos de la pareja, Francisco y Cayetano. Tras ese duro varapalo, Carmen comenzó a salir con el playboy Antonio Arribas. Por su parte, Paquirri disfrutó unos años de su soltería para, luego, comenzar una relación que ocuparía todas las portadas de las revistas: con Isabel Pantoja.
Fue en 1983 cuando Carmina conoció al cantautor Julián Contreras, con quien se casó un año más tarde en la ciudad de Miami. De su matrimonio nació su tercer y último hijo, Julián. Además, ese mismo año vivió un duro varapalo: Paquirri moría tras una cogida en la plaza de Pozoblanco.
Desde ese momento, Carmina se enzarzó en una batalla legal con Isabel Pantoja, a quien se la consideraba ‘la viuda de España’. La aristócrata pedía el reparto de la herencia de forma equitativa también para sus dos hijos. Por aquel entonces, Francisco ya tenía diez años y había vivido sus primeros años de vida muy ligado al mundo del toreo. A pesar de su corta edad, la muerte de su padre fue uno de los momentos más traumáticos de su vida.
Fue su abuelo, Antonio Ordóñez, quien le inició en el mundo toreo y, por eso, Francisco decidió seguir los pasos de su padre. Así, se convirtió en uno de los toreros más distinguidos y su debut se produjo en la plaza de toros de Las Ventas en 1994. Además, comenzó a codearse con la jet set madrileña y, en una de esas fiestas, conoció a Eugenia Martínez de Irujo, con quien se casó en 1998, en una multitudinaria boda a la que acudieron más de 1.400 invitados.
Ambos estuvieron juntos durante poco más de cuatro años y tuvieron una única hija, Cayetana. En 2005, Francisco comenzó una relación con Blanca Martínez de Irujo y, luego, pasaron por su vida Elisabeth Reyes o la bailaora Cecilia Gómez. Fue en el año 2011 cuando comenzó una de sus relaciones más duraderas, con la abogada Lourdes Montes.
Ambos decidieron pasar por el altar en el año 2013 y, un año antes, el torero había tomado la decisión de dejar la profesión. Aunque su adiós definitivo no se produjo hasta 2017, en la plaza de toros de Ronda. El primer hijo de la pareja nació en 2015 y fue una niña a la que llamaron Carmen. Luego, vendría al mundo el pequeño Curro, en 2019. Ahora, sigue siendo un fiel defensor del mundo del toreo y también colabora en distintos programas de televisión.
Por su parte, el segundo hijo de Paquirri y Carmina, Cayetano, también fue instruido en el mundo del toreo. Debutó en el año 2005, en la plaza de toros de Ronda y lo hizo de la mano de su tío, el torero Curri Vázquez. Respecto a su vida personal, su primer gran amor fue la modelo Blanca Romero. Tanto es así que el torero adoptó como suya a la hija de Blanca, Lucía, y le dio sus apellidos. Ambos se casaron en Gijón en el año 2001 y rompieron tres años después. Unos años más tarde, se relacionó al torero con la modelo Estefanía Sambruno, aunque él lo negó siempre tajantemente. La mujer de su vida llegaría en el año 2009 y fue, nada más y nada menos, que Eva González.
Su amor no fue un camino de rosas y en el año 2013 la pareja sufrió una importante crisis que hizo que terminaran con su relación. Nueve meses tardaron en darse cuenta que estaban hechos el uno para el otro y en agosto de 2015 anunciaron que habían decidido pasar por el altar. La boda se celebró el 6 de noviembre de ese mismo año en Mairena del Alcor y se convirtió en uno de los enlaces más mediáticos del año. En marzo de 2018 nació el primer hijo de la pareja, que recibió el mismo nombre que su padre, Cayetano.
Su hermano Julián Contreras puede ser el que ha llevado una vida más complicada. El joven quedó muy traumatizado con la muerte de su madre, Carmina, en el año 2004. En sus primeros años de madurez, Julián decidió dedicarse más al mundo de la televisión, pero finalmente decidió alejarse del medio no sin haber protagonizado unas cuantas polémicas.
Así, se compró un restaurante, que luego tuvo que acabar dejando, y, también, trabajó como relaciones públicas en un bingo. Tanto su padre como él fueron desahuciados del piso que ambos compartían en Móstoles y, ahora, viven de alquiler.
Con la llegada de la pandemia, Julián sufrió un ERTE en su trabajo. Aún así, parece ser que se encuentra animado y con ganas de seguir desarrollándose profesionalmente. La relación con sus hermanos, Fran y Cayetano, ha estado marcada, durante todos estos años, por idas y venidas. A pesar de todo, parece que Julián está encauzando el rumbo de su vida.