George y Amal Clooney forman una de las parejas más estables del panorama internacional. Cuando se conocieron, ella tenía una reputada carrera profesional y, sobre todo, un nombre en el mundo de los Derechos Humanos. Por eso, puede ser que mantenerse a la sombra del actor no era uno de sus deseos.
Él, bajo la etiqueta de ‘soltero de oro’, disfrutó mucho de la época en la que no estaba comprometido con nadie y se ganó el título a pulso. Por eso, nada hacía presagiar que Clooney pudiera sentar la cabeza. Y lo cierto es que esto no ocurrió hasta que no apareció la abogada en su vida.
Hace poco tiempo, el actor confesó cómo habían sido sus primeras citas con la que hoy es su mujer: “No quería casarme, no quería tener hijos. Luego, este ser extraordinario entró a mi vida y me enamoré locamente. Supe desde el momento en que la conocí que todo iba a ser diferente”, contó Clooney en un podcast. Y sí, todo fue diferente... hasta su boda.
El enlace se celebró en la ciudad de Venecia, en las vísperas de la época de Carnaval. El actor tiene una relación muy especial con el país, ya que siempre ha sido un enamorado de esa tierra y hace bastantes años se compró una impresionante mansión en el Lago Como. Cuando ya llevaban un año de relación, ambos decidieron dar el paso y tener hijos. “La hermana de Amal tiene gemelos, por eso me quedé atónito cuando nos dijeron que no veía solo uno”, comentó el actor.
Así, el 6 de junio de 2017, Amal y George se convirtieron en padres de un niño y una niña, a los que llamaron Alexander y Ella. Desde ese momento, tanto George como Amal se volvieron muy reservados con su vida privada y decidieron proteger, aún más, la intimidad de sus dos pequeños. Tanto al actor como a la abogada no le gusta nada que se compartan fotografías de sus dos hijos y, por eso, hacen todo lo posible para mantenerlos alejados de los focos.
Aunque eso sí, en el mismo podcast donde habló de que Amal le había cambiado la vida, George también comentó un poco cómo era su rutina. “Todas las mañanas, a las ocho, Alexander golpea la puerta de mi habitación y yo respondo: ‘¿Quién es?’, y él responde: ‘Soy yo, Alexander Clooney’. Luego, abro la puerta y se ríe a carcajadas”, explicó ilusionado el actor.
Así, el actor se deshace en halagos hacia su mujer y sus dos hijos. Ellos se han convertido en el pilar fundamental de su vida y, por eso, ha decidido bajar su ritmo de trabajo. Ahora, pasa mucho tiempo con sus dos pequeños, y toda la familia vive a caballo entre Italia e Inglaterra. Además, Amal tiene una intensa vida laboral, por lo que ambos intentan estar siempre presentes en los momentos más especiales de la vida de sus pequeños.