Tener un bebé será una experiencia maravillosa, a la vez que complicada, y que conllevará una serie de cambios. El más evidente será el cambio físico, debido a que nuestro cuerpo gesta durante nueve meses una vida, que luego tiene que salir al exterior a través de un parto, que también afecta a nivel físico. Así, después de esos meses, nuestro cuerpo podrá cambiar por completo, después de tantos momentos de esfuerzo. Por eso, es normal que aparezcan diversos fenómenos naturales de los que, probablemente, no hayas oído hablar y te sorprendan. Y esta sorpresa no siempre es positiva.
Tras el nacimiento del bebé pueden aparecer los llamados entuertos, que serán unas contracciones que se producen tras parir, de los que nadie suele hablar y que se convierten en algo bastante desagradable. Los entuertos son unos espasmos fuertes, que se producen en el útero y que se presentan en los primeros días tras el parto. El objetivo de estas contracciones es que la matriz vuelva a su tamaño normal, después de haber crecido, y que haya llegado hasta los treinta centímetros. Además, los entuertos suelen colapsar los vasos sanguíneos sangrantes que han quedado donde se encontraba la placenta y facilitan la expulsión de las secreciones que provocan los loquios.
Por tanto, al fin y al cabo, los entuertos serán una señal de que algo positivo se está produciendo en nuestro cuerpo. Si el útero no se contrae, los vasos sanguíneos quedan abiertos y, por tanto, la hemorragia será mayor, poniendo en peligro la vida de la madre. Además, se trata de un inconveniente que no suele durar mucho tiempo y, por eso, en unos días te habrás olvidado de ellos por completo.
Pero, ¿realmente qué se siente? Lo más probable es que notes un dolor de regla, pero de una forma muy leve. Estos podrán ser más intensos cuando el bebé esté tomando el pecho, pero, aún así, serán bastante manejables, aunque molestos. Esto se debe a que cuando el bebé está mamando, la madre segrega una hormona, llamada oxitocina, que estimula las contracciones de los entuertos. Por eso, será cuando se sientan más. El dolor dependerá de la persona y de su embarazo, ya que habrá mujeres que lo notarán mucho más agudo, mientras que para otras será más suave. Eso sí, a medida que se van teniendo, la matriz se volverá más blanda y necesitará más fuerzas y contracciones para volver a su sitio.
Será normal que duelan, ya que se trata de espasmos intermitentes, aunque serán complicados de calibrar, ya que no todo el mundo tiene el mismo umbral del dolor. Por tanto, será bastante subjetivo: para algunas mujeres será dolorosísimo y paralizará su vida, mientras que otras podrán no notar nada o, si lo hacen, será una molestia leve. Otro factor que aumenta el malestar tras el parto suele ser la cesárea, ya que la mujer sentirá dolor por la herida, que se verá intensificado cuando aparezcan los entuertos.
Los entuertos son un tema del que no suele hablarse mucho y, por eso, muchas veces, son inesperados. Después del parto, pensarás que ya has pasado los dolores más fuertes, pero cuando lleguen los entuertos te darás cuenta que esto no es así. Pero, como ya hemos comentado, la parte buena de todo esto es que suelen durar poco tiempo, como unos tres o unos cinco días y en el caso de que no puedas soportar el dolor, el especialista te dará una serie de consejos para aliviarlos.
Por ejemplo, será recomendable masajear la zona del útero cuando se comiencen a sentir los entuertos, que hará que cuando lleguen, no sean tan continuos e intensos. Los especialistas también recomiendan orinar de forma frecuente, ya que una vejiga llena podrá presionar el útero y desencadenar un mayor dolor. En caso de que sea muy intenso, siempre puedes acudir al médico, que te recetará algún medicamento apto para esos momentos. Eso sí, habrá que tener especial cuidado si el dolor de prolonga durante más de cinco días, si se tiene fiebre o hemorragias, ya que podrá tratarse de una infección.