Los volúmenes en un vestido de noche es lo que tienen. Que te pueden jugar una mala pasada. Sobre todo cuando, en plena euforia por haberte llevado el SAG a Mejor actriz protagonista en una serie limitada o TV Movie, te toca levantarte de tu mesa y subir unas escaleras imposibles para recoger tu galardón de mano de Zendaya y Paul Mescal.
Esto es exactamente lo que le ha sucedido esta madrugada a Jessica Chastain. La última ganadora del Oscar a Mejor actriz principal (vencedora en esa edición en la que Pe estuvo a punto de llevárselo y en la que Will Smith fue expulsado de la Academia por agredir a Chris Rock en directo) ha demostrado que sigue en racha. Esta vez gracias a su trabajo en ‘George & Tammy’.
La miniserie que cuenta el turbulento matrimonio entre las estrellas del country George Jones y Tammy Wynette y que coprotagoniza junto a Michael Shannon le ha hecho ganar el premio del Sindicato de Actores en una categoría reñida.
Emily Blunt (‘The English’), Julia Garner (‘Inventing Anna’), Niecy Nash Betts (‘Dahmer’) y Amanda Seyfried (‘The Dropout’) se disputaban con ella este reconocimiento que finalmente ha sido para ella. Aunque el titular del día después, al menos en redes, tiene más que ver con su anecdótico traspiés.
La propia Chastain, tan expresiva como siempre, ha sido la primera en echarle humor a una situación que ya vivió Jennifer Lawrence en los Oscar de 2012. Un ‘quitarle importancia’ a un tema del que tuvo mucha culpa su vestido: un Zuhair Murad en un vibrante color fucsia de corte estructurado y con los hombros al descubierto.
Y tras las risas vino la emoción. Esa que provocó en los miles de asistentes a esta gala al mencionar a Philip Seymour Hoffman, que falleció de forma abrupta en 2014. Jessica, que en estos momentos representa una función en Nueva York, quiso recordar “todas esas historias frustrantes sobre las audiciones” que su compañero le contó cuando ella aún no era nadie.
“Nos animó a seguir adelante incluso cuando sentíamos que nadie nos miraba”, ha explicado. Una actitud motivadora que terminó con una frase de la que aún se acuerda hoy: “Espero trabajar con cada uno de ustedes”. “Unos años más tarde se hizo realidad y tuve la oportunidad de hacer una obra de teatro con él”, ‘Otelo’.
Una ‘batallita’ con mucha carga emocional que le ha servido para dedicar su SAG a todos esos aspirantes a actores que creen que nunca llegará su momento. Porque, aunque no lo crean, Jessica Chastain también está deseando trabajar con ellos.