Nadie dijo nunca que los Goya debían presentarse en solitario. Marcadas quedarán pasadas ediciones que condujeron (con la división de opiniones que una responsabilidad así siempre concede) Dani Rovira, Eva Hache, Antonina San Juan, Carmen Machi, Manuel Fuentes o la eterna Rosa María Sardá. El año pasado, cuando se empezaba a escuchar que un desconocido virus campaba a sus anchas por Wuhan, el veterano Andreu Buenafuente optó por la excepción de hacerlo a dúo y capitaneó la gran cita del cine español con Silvia Abril.
Ahora, con una pandemia de por medio, la Academia ha decidido volver a optar por una pareja para la que será la gala más atípica de su historia. Pero muy pocos saben el vínculo que hay entre los elegidos. ¿Por qué Antonio Banderas y María Casado han hecho tándem en la ‘no fiesta’ de los Goya
Para entender qué hay detrás de esta amistad, debemos remontarnos a junio, cuando España se encontraba en plena desescalada después de tres meses de estricto encierro. Por entonces, María Casado, rostro habitual de las mañanas de la pequeña pantalla, se encontraba inmersa en un tsunami profesional. El mismo día en el que anunció su inesperada salida de la televisión pública, una llamada de Antonio Banderas le hizo replantearse su futuro. Y en cinco minutos consiguió un puesto de trabajo.
Con la maleta a medio hacer, abandonó su piso de Madrid para formar una pareja indisoluble con el actor, al que apenas conocía en persona y con el que, sin ninguna pretensión, tomaría las riendas casi un año después de esta 35ª edición de los Goya, donde ambos hacen labores de dirección, producción y presentación. Pero, ¿qué ha pasado entre medias para que hayan alcanzado juntos este hito profesional?
Casado ya le había entrevistado un par de veces. Después coincidieron en Starlite, la gala marbellí que apadrina el de Málaga. Y se volvieron a ver en la premier de 'A Chorus Line', el musical que él mismo se ha encargado de adaptar y protagonizar en su tierra. La siguiente conversación que mantuvieron fue la mañana en la que la presentadora se despidió de su programa en directo.
"Primero me preguntó que cómo estaba, que qué había pasado y lo tercero que le diera cinco minutos que me volvía a llamar porque creía que tenía algo para mí. Así fue", contó en su día en una entrevista para Vanitatis. Fue ahí cuando, más allá de esos encuentros casuales del pasado, conoció a ese Banderas campechano, "una persona cercana, con una experiencia enorme y que sabe rodearse muy bien".
Y así, si dijo un viernes adiós a los madrugones, el martes siguiente hacía oficial su cargo como directora de la división audiovisual de Soho, la empresa artística que encabeza Antonio. Tras poner en marcha un gran teatro en Málaga, ese que hoy cobija la celebración de los Goya, su nueva apuesta era la pequeña pantalla, creando una productora de formatos televisivos sin grandes pretensiones que desde ya cuenta con María Casado como cabeza visible.
Tras una mudanza en pleno confinamiento, la periodista se adaptó rápido a su nueva vida en la Costa del Sol. Una arriesgada aventura profesional que, casualidades de la vida, le ha permitido presentar y dirigir en el Soho esta gala que los dos vieron como un enorme reto profesional y personal.