Para hacer el balance de estilismos de una década hay que aclarar que van a ser todos los que están, pero no van a estar todos los que son. Eso si queremos quedarnos con diez y sólo diez de los vestidos que por una u otra razón han hecho historia en la alfombra roja de los premios Oscar.
El hecho de elegir a unos y no a otros puede estar en que marcaran una tendencia, en que el propio vestido fuera una joya, en que la actriz resultara especialmente favorecida ese año o en que, sencillamente, nos guste más que los demás.
Haremos el repaso de una década, pero ni están representados todos los años, ni hay sólo un vestido por cada edición porque, como en los vinos, hay añadas mejores y otras peores.
Empezamos en 2011 con Cate Blanchett (con la que prácticamente se podría llenar el listado con cada aparición en la alfombra roja) y el impresionante vestido en color lavanda con detalles en mostaza. Pertenece a la colección primavera/verano 2011 de alta costura creada por Riccardo Tisci para Givenchy y es posible que sea uno de los vestidos más bonitos de la década.
Es imposible no recordar a Angelina Jolie en la alfombra roja de los Oscar de 2012. No fue su maquillaje, ni su peinado, ni que apareciera con su por entonces pareja Brad Pitt en público relajados y posando. Los verdaderos protagonistas fueron su gesto, su pose y su pierna, esa que dejaba a descubierto el vestido negro de Atelier Versace y que tantísimas veces ha servido de inspiración en eventos posteriores.
También de los Oscar de 2012 merece entrar en la lista Gwyneth Paltrow y su vestido blanco con capa incorporada de Tom Ford. Por impecable y porque sin duda ha sido un recurso, el de la capa, del que muchas actrices han tirado en muchísimas alfombras rojas de todo el mundo.
En 2013 se cuela como imprescindible Charlize Theron. Llegó y triunfó con un conjunto blanco de bustier y falda sirena, firmado por Ralph Simons para Dior alta costura, y un corte pixie que la convertía en una especie de diosa que destacaba entre una multitud de recogidos y melenas onduladas.
En 2014, Lupita Nyong'o estaba nominada como mejor actriz de reparto y no sólo se llevó el Oscar a casa, también el título de una de las mujeres mejor vestidas de la noche. Un Prada celeste de generoso escote y falda de gasa que ha pasado a la historia no sólo por el patrón, maravilloso, también por cuánto le favorecía a ella.
Otra de esas actrices que no defrauda en las alfombras rojas es Julianne Moore y en la de los Oscar de 2015 decidió que se la recordara más que nunca. Sabía que tenía posibilidades de llevarse la estatuilla a mejor actriz, que por cierto se la llevó, y quiso llevar un vestido a la altura de las circunstancias: un Chanel de alta costura bordado con 80.000 lentejuelas.
En esa misma edición, la de 2015, hay que destacar el camisero negro firmado por Saint Laurent que llevó Margot Robbie. Cuando aún la premiaban como estrella emergente, cuando casi nadie se vestía de negro para ir a los Oscar, cuando no quieres destacar y resulta que te llevas todo el protagonismo, cuando hay algo que dice que te vas a convertir en la superestrella que hoy es.
Desde su alianza con Gucci, el estilo de Dakota Johnson ha ganado muchos enteros y en la alfombra roja de los Oscar de 2017 dejó claro que era la más cool con un vestido de satén dorado plisado, con manga ligeramente abullonada y enorme lazada en la cintura. O lo amas o lo odias, razón de más para que tenga que estar aquí.
Cuando Jane Fonda apareció en la alfombra roja de los Oscar de 2018 enfundada en este Balmain, todas las cabezas del mundo pensaron ‘no me lo puedo creer’. Pues sí, hubo que creerse que habiendo cumplido los 80 fuera capaz de defender mejor que muchas con la mitad de sus años un vestido blanco ajustado, de hombreras prominentes y cuello de corte geométrico.
Es muy posible que la seguridad que tenía Lady Gaga en que se iba a llevar el Oscar a la mejor canción en 2019 fuera parte de su estilismo, en cualquier caso, este Alexander McQueen contribuyó mucho a que fuera una de las mejor vestidas de la gala del pasado año. Un derroche de espectáculo, glamur y atrevimiento que hacía tiempo no se veía en la alfombra roja y que deseamos sea la tónica que veamos en próximas ediciones.