Las piedras espirituales tienen muchos usos, por ejemplo pueden usarse para limpiar la mala energía, pero también como manera de canalizar la energía durante las prácticas de meditación, se pueden emplear en masajes y terapias para reducir el estrés o como elemento clave para equilibrar el sistema energético del cuerpo.
Escoger una piedra hace que canalicemos determinadas energías, por ejemplo, la turmalina negra se asocia con la protección y el jaspe rojo con la claridad. Cada piedra es diferente y se emplea para obtener unos resultados u otros distintos, pero todas tienen en común la importancia de conocerlas para poder emplearlas adecuadamente, así como la necesidad de saber cómo limpiarlas.
Antes de comenzar a usarlas es importante limpiarlas, cargarlas y programarlas, algo que habrá que seguir haciendo de manera periódica una vez comencemos a usarlas. No todas las piedras se limpian de igual manera, porque las características de la piedra misma puede hacer que sea necesario usar un método u otro diferente, por suerte hay varios que podemos emplear.
Una de las técnicas más habituales es emplear agua, aunque no funciona con todas ellas, porque algunas son solubles al agua, como la selenita. Sin embargo, si tu piedra energética no lo es, lavarla con agua corriente puede ser una manera sencilla de mantenerla limpia de forma regular, solo es necesario ponerla bajo el grifo durante unos instantes. También se pueden limpiar con una mezcla de agua y sal marina o con agua de lluvia, que se recoge en los días en los que haya precipitaciones y se guarda para varias limpiezas, sumergiendo las piedras en ella.
Hay algunas piedras que tienen el poder de limpiar a otras, por lo que también se puede usar ese sistema, otras se pueden limpiar con tierra, dejándolas enterradas unos días o unas horas. Algunas personas usan salvia o incienso, permitiendo que el humo de la salvia blanca envuelva las piedras, podremos limpiarlas, un método que no solo limpia las energías negativas, también las bendice.
La luz de la luna llena puede ser efectiva en algunos casos, aunque se necesita un cielo despejado para ello porque hay que dejar que la luz incida directamente sobre ellas. Funciona también con la luz del sol. Algunos sonidos puros y vibrantes pueden limpiar las piedras energéticas, como las que producen los cuencos tibetanos o diapasones, esas vibraciones liberar las energías estancadas.
Como decimos, no todas las piedras pueden ser limpiadas con el mismo sistema porque algunas pueden dañarse con la sal o estropearse bajo el sol, por lo que es importante conocer la piedra que tenemos entre manos y los mejores cuidados para ella. Una vez que sepamos cuál es el mejor método, tendremos que limpiarla y recargarla de manera regular.
En general, se recomienda hacerlo una vez al mes, aunque dependerá del uso que le demos a cada piedra, si la usamos con mucha frecuencia es probable que sea necesario limpiarlas más a menudo. También es importante no dejar que el polvo se acumule sobre ellas, porque reduce su proyección y, una vez que las tengamos limpias, nadie más debería tocarlas.
Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.