Si en ocasiones sientes que estás atascada en la vida y que no logras vislumbrar tus objetivos, tranquila, es algo habitual que le ocurre a muchas personas. Lo importante es que salgas de ese punto de bloqueo y seas capaz de encaminarte con positividad hacia el horizonte que te has marcado. Para ello puede serte de gran ayuda la filosofía Kaizen o de la mejora continua, un método que ha cautivado a todo tipo de empresas para mejorar su desarrollo, y que es perfecto para aplicar en tu vida personal. Te contamos en qué consiste y cómo puedes incorporarlo a tu día a día.
Esta filosofía proviene de Japón, y su significado se encuentra en la propia palabra Kaizen: “Kai” significa modificaciones, y “zen” significa mejorar. La unión da como resultado una palabra que podríamos traducir como un “proceso de mejora continua”. Esto, aplicado a nuestra vida, sería que si somos capaces de mejorar un poco cada día en lo que nos propongamos, seremos capaces de alcanzar grandes metas. Pero, además, no se trata solo de pensar en el objetivo final, sino en saber que cada pequeño progreso es valioso y bueno para ti. Nuestra meta es el gran estímulo, pero revierte de manera positiva en nosotros incluso antes de llegar a ella. ¿Y cómo se consigue? Evidentemente, con constancia, disciplina y compromiso.
Poner en práctica la filosofía Kaizen requiere de un método, y este está basado en la continuidad (de ahí la mejora continua) y la gradualidad. Dicho de manera algo teórica, pero también muy lógica, el método trata de que una vez que tienes un objetivo seas capaz de desgranarlo en pequeñas tareas que puedas realizar a diario sin posibilidad de fallar. De esta forma saldrás ganando doblemente: no solo no te sentirás desbordada por tu meta, sino que podrás felicitarte por cada paso en firme que des para llegar a ella.
Por ejemplo, es muy común tener el objetivo de comer de manera más saludable, pero dejar atrás nuestros hábitos alimenticios e incorporar unos nuevos no es tan sencillo como desearlo. Una forma sería de hacerlo sería incorporar algo nuevo a tu menú cada día, como una pieza de fruta, y eliminar algo que quieras dejar de comer, como el azúcar en el café o la bollería industrial en el desayuno. Cuando veas que eres capaz de mantenerlo, querrás añadir más cosas nuevas que sean buenas para ti, e ir eliminando las que no lo son.
Se trata de una filosofía que te permite introducir cambios en tu vida que de otra manera te parecerían imposible. Si quieres abandonar el sedentarismo no hace falta que empieces a ir al gimnasio una horacada día: empieza con 5 minutos (para 5 minutos no hay excusas) en casa realizando cualquier ejercicio, y poco a poco podrás ir aumentando el tiempo.
Esta manera de desgranar los objetivos en pequeñas partes evita que caigamos en la procrastinación, porque hacerlas no supone un esfuerzo excesivo. ¿Y esto al final da sus frutos? La filosofía Kaizen mantiene que pequeñas acciones a lo largo de toda una vida se transforman en grandes hazañas, así que, tal vez sea el momento de ponerse a ello.