La kombucha es una de las bebidas de moda. Es por eso que son muchos los adeptos que ha ganado en los últimos tiempos. Aunque eso sí, antes de consumirla habrá que tener algunos puntos en cuenta. Por ejemplo, habrá que saber que la kombucha es un té y, por eso, si estás embarazada o en época de lactancia no será recomendable abusar de ella. Aunque eso sí, aparte de todo esto, tiene una infinidad de beneficios.
Lo primero que debes saber es que la kombucha es un té fermentado de origen oriental. Se elabora fermentando el té azucarado, mediante un cultivo de levaduras y bacterias. Y no solamente eso. También tiene un alto contenido en vitaminas del grupo B, propiedades probióticas y facilita la digestión. Este té se puede consumir como bebida refrescante, combinándolo con un zumo de fruta o con cualquier otro producto.
Como ya hemos comentado, este tipo de té tendrá diferentes beneficios. Lo primero de todo es que se trata de un gran probiótico, ya que las bacterias y la levadura, por las que está compuesto, formarán una película muy similar a la de un hongo. Así, los probióticos proporcionarán bacterias saludables al intestino, lo que contribuye a mejorar la salud, la digestión, la inflamación y la pérdida de peso. También, tiene un gran poder antioxidante, sobre todo si la mezclamos con el té verde.
De la misma forma, como ya hemos comentado, la kombucha se produce mediante fermentación, por lo que su principal sustancia será el ácido acético. Este componente lo que hará será acabar con los microorganismos que son dañinos.
Además, la kombucha también podrá ayudar a aquellas personas que sufren de diabetes. Se ha demostrado que este tipo de té ralentiza la digestión de los carbohidratos, lo que reduce los niveles de azúcar en sangre. Además, también mejora la función hepática y renal.