Dormir bien no es solo un placer, sino una necesidad de nuestro organismo para recuperarse del día y ponerse a punto para afrontar el siguiente. Tener un óptimo descanso es un requisito imprescindible para gozar de buena salud, y para obtenerlo es imprescindible contar con un buen colchón. Es es algo que ya sabemos, pero en ocasiones pasamos por alto la importancia de tener una buena almohada en nuestra cama.
Un buen colchón y una buena almohada son el combo perfecto para dormir cada noche. Por mucho que tengamos el mejor colchón, si nos conformamos con cualquier almohada, ten por seguro que no vas a descansar igual, y que tu cuerpo va a acusarlo más pronto que tarde.
Aunque parezca mentira, no solo hay quien no le presta atención al tipo de almohada que utiliza, sino que, además, algunas personas prefieren prescindir de ella. Esto, según los expertos en descanso, es un error, ya que la almohada es esencial para que durante la noche la nuca se relaje. En esta parte del cuerpo se acumula gran parte de la tensión que acumulamos durante el día, y si no se libera de ella mientras duermes, es cuestión de tiempo que aparezcan los dolores en el cuello, cabeza y espalda, además de mareos, sensación de malestar e, incluso, vértigos.
Por no hablar de que, sencillamente, al despertar cada mañana sentirás que no has descansado lo suficiente aunque hayas pasado muchas horas en la cama. Ahora bien, no basta con usar almohada para evitar estos problemas. Es necesario que sea una almohada de calidad y que se adapte a nuestra fisionomía y nuestra forma de dormir.
Para hacer una buena elección, como te decimos, es imprescindible tener en cuenta la postura en la que duermes y tu complexión física. En función de eso, habrá que buscar la almohada ideal atendiendo a dos criterios: altura y firmeza. Si conseguimos dar con la idónea, nuestra musculatura alcanzará una relajación óptima durante la noche, y podremos sentir esa maravillosa sensación de haber dormido bien al despertar. Estos consejos pueden ayudarte a elegir no solo una buena almohada, sino la que realmente necesitas.
En primer lugar, y aunque parezca obvio, déjate aconsejar por un experto que pueda ayudarte ofreciéndote una almohada de calidad. Y, a partir de ahí, ten en cuanta tu forma de dormir:
De todo esto deducimos que la elección de la almohada debe ser individual, así que si duermes en pareja es hora de desterrar lo de elegir la misma almohada sin tener en cuenta los requisitos de un buen descanso. Además, por una cuestión de higiene y de calidad de la almohada, lo ideal es renovarla cada dos años aproximadamente.