Hablar de Navidad es hablar, inevitablemente, de grandes comidas. Si no es la de la empresa, es la de los amigos (que pueden ser más de una), sin olvidarnos de las celebraciones imprescindibles: cenas de Nochebuena y Nochevieja, comidas de Navidad y Año Nuevo… Y no son comidas normales, no. En ellas podemos llegar a ingerir hasta el 50% más de las calorías que tomaríamos en una comida habitual. Es importante tener esto presente si no queremos acabar las fiestas con más kilos extra de lo que nos gustaría o vivir estos días abrazando las sales de frutas cada dos por tres. Así que no te pierdas estos tips para sobrellevar las grandes comilonas de Navidad y lograr que no te pasen factura.
Intenta pensar en lo que sería razonable que comas a lo largo de todo el día, no solo en cada comida. De tal manera que si has tenido una comida de celebración, por la noche tomes una cena ligera, con verduras, frutas o yogur. Y si tienes una cena importante, haz una comida sencilla al mediodía.
Estamos hablando de equilibrar comidas, no de suprimirlas. Saltarte una comida solo hará que llegues a la siguiente con hambre y termines por devorar todo lo que pongan delante. No te saltes ni el desayuno, ni la comida, ni la cena. Sencillamente, hazlas más ligeras para compensar de manera saludable.
Habrá comidas en las que no puedas elegir mucho, pero cuando el encuentro sea un restaurante, tendrás más de una opción. No hay nada mejor que optar por un pescado cocinado a la plancha o al horno, pero si prefieres la carne, a ser posible pide la de pollo o conejo, antes que la de cordero o cerdo.
Una comida navideña no es un concurso para ver quién come más. Cuando te sientas saciada, puedes (y debes) parar de comer. Piensa que son comidas en las que se sirven más platos de los que tomamos habitualmente, pero que eso no significa que tengas que acabar con todo.
Los postres son, por lo general, el gran festival del azúcar. Si quieres tomar una pequeña cantidad, adelante, pero no tomes grandes raciones, porque no harás más que sumar calorías innecesarias y añadir pesadez al estómago. Si existe la opción de pedir fruta, ya sea sola o acompañada de chocolate negro, esa será siempre la opción más inteligente.
La mejor bebida que puedes tomar es agua, también en Navidad. A veces la presión del entorno es superior a las ganas que tenemos de beber alcohol en una comida, y sí, también se puede brindar con agua porque no da mala suerte. El alcohol solo hará que sumes calorías, que digieras peor la comida y que tengas una resaca sorpresa al día siguiente.
No te tomes vacaciones del gimnasio durante la Navidad. Te sentará bien, hará que te sientas en forma y te ayudará a controlar el exceso con las comidas. Y si no puedes ir, procura mantenerte activa dando paseos, eligiendo las escaleras antes que el ascensor, etc.